27.11.10

Poema de Susana Szwarc


LA TELA QUE NOS VISTE

De noche, y no es que nos encontremos
azarosamente en la escalera, que uno suba
y otro baje.
(Bajábamos juntos y hasta subíamos juntos.)

Ya en la barra del club nocturno, él te jura
(dice, te juro por Dios), seguir
hacia la próxima barra. Reír, dudar
en la desesperación y, aún así, no dejarte
(esta vez) en el sillón rojo, en la sala musical,
en ese inventado pasaje de nada a nada.

Pero el cántaro se rompe o cae la lluvia
(“otra“, ¡por favor!).
El exceso agobia habrá de decir
y veremos a las letras del juramento
avanzar como zumbido, alejarse
(se te revuelven las tripas de la infancia)
y alejarse un cuerpo para buscar el otro,
perdido.

(Entrar – salir –sin encontrar)

En la barra pensás:
“alguien se tragó otro buzón”.
Dado el buzón enviarías tu carta
(¿querés prevenir, disuadir?):
No pactes (nunca) con quien
después de beber del cántaro
inventa el momento de la tragedia:
una precariedad.
Recordá que siempre, antes
o después de la función,
serás traicionada
y que eso no es lo grave
sino que quien propicia tu sacrificio
no quiere que llueva sobre las tumbas.

© Susana Szwarc

1 Comments:

Blogger Nerina Thomas said...

Qué poema!!
felicitaciones, muy bien llevado.
Tu creatividad, te ha llevado lejos!!
Felicitaciones!!
Y muy, muy Felices fiestas!!

7.12.10  

Publicar un comentario

<< Home