Poema de Celina Vautier
Los perros de la muerte
Ríen burlonas las hienas del oprobio,
Ladran de nuevo los perros de la muerte.
Gira alocada la rueda de la suerte:
a nosotros sólo dolor y agobio
Las heridas abiertas aún nos duelen.
Aún está fresca la sangre entre sus dientes.
Y ahora, los impunes delincuentes
ansían ceñir corona de laureles.
Callando nuestras voces se pretende
hacer caer la infamia en el olvido.
Si su sed de revancha está latente,
la sola idea del olvido ofende.
Es cual desaprender lo ya aprendido.
Juicio y castigo nunca más merecido.
© Celina Vautier
3 Comments:
¡Excelente tu soneto, Celina!
Es un canto imprescindible para que nunca repitamos esa historia vergonzosa de la muerte de la paz y la justicia.
Aplausos y besos
María Rosa León
David Antonio Sorbille dijo...
Un soneto contundente. Te felicito Celina.
Tu poema tiene el brillo de la vida, para que NUNCA MAS el poder maneje la muerte. Nuestras armas, las palabras.
Felicitaciones
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