Texto de Ramón Rojas Morel

RESCATAR LOS VALORES ESENCIALES

Es imperiosa la necesidad de que rescatemos de inmediato los valores esenciales que hacen al comportamiento humano. Dicho rescate tiene que empezar por cada uno de nosotros, los adultos, para ponerlos en práctica y, con el ejemplo, reflejarlos hacia nuestros niños y jóvenes. Pero, para ello, es importante que seamos sinceros con nosotros mismos; es decir, dejar de lado la hipocresía, la soberbia, la envidia, el egoísmo, el rencor, y comenzar por reconocer nuestros defectos y errores. Es la única manera de que el intento sea válido y pueda llevarse a cabo. Y, entonces, valores esenciales como el respeto, la libertad, la responsabilidad, la honradez, la justicia (entre tantos otros) tendrán que aflorar como guías para la convivencia armónica intentando la búsqueda permanente de la paz, especialmente de nuestra paz interior.

No es esgrimiendo mentiras como verdad el modo de pretender imponer una postura. Debemos tener principios éticos y morales y acompañarlos con la acción, puesto que de nada vale decir y no hacer. Asimismo, y todo lo anterior tiene que ver con ello, es imprescindible cultivar el espíritu con amor, comprensión, solidaridad, respeto y buenos pensamientos, ocupándonos cada uno de nuestra propia vida, sin intentar siquiera inmiscuirnos en la vida de los demás, a no ser que nuestro prójimo necesite de nuestra ayuda. Al decir de Arturo Castañeda: “la vida es tan bella y el mundo tan grande, y sin embargo nosotros mismos somos más bellos y más grandes que todo cuando el alma está despierta”.

Lamentablemente, en estos tiempos corremos alocadamente hacia ninguna parte y lo olvidamos todo: El afecto, el respeto, la cordialidad, y nos atacamos entre nosotros y de esa manera se imponen el egoísmo, el rencor, la envidia, la codicia, todo se corrompe y perdemos un tiempo precioso de la vida. Sin embargo, yo creo en el amor y tengo fe que un mundo mejor es posible. Estoy seguro de que todo lo que se construye con amor y verdad es indestructible.-

© Ramón Rojas Morel