11.3.08

Poema de Graciela Maturo


ENCUENTRO CON ANTONIO DI BENEDETTO EN CARACAS

Un tambor negro resonaba lúgubre
cuando nos encontramos, en Caracas.
(Santiago de León de Caracas,
ciudad hispanoindia,
ciudad de negros cantores, de autopistas,
gringos, aventureros, magnates del dólar,
miserables.)

Un tambor negro nos saludaba
con su redoble de muerte.
La Virgen de madera pintada y rostro oscuro
nos miró cuando huérfanos andábamos
por la calle de gritos.

Veníamos de largas travesías, de amigos ensangrentados,
de viñedos
polvorientos y solos.
El rumor de los álamos de Guaymallén
secretamente nos unía.

Ya frecuentabas los abismos fulgurantes
que separan el día de la noche.
Ya conocías el ruido y la violencia
que asediaron tu casa de silenciero, a orillas del zanjón.

Un tambor negro resonaba lúgubre
y no sabíamos entonces
que anunciaba la muerte de un inocente.

© Graciela Maturo

5 Comments:

Blogger Gustavo Tisocco said...

Bello y sentido homenaje Graciela.
Un abrazo Gus.

11.3.08  
Blogger Alberto Peyrano said...

Que hermosa construcción poética para un alma tan bella y sufrida como la de Antonio.
Un abrazo y gracias por este homenaje que ha florecido tan hermoso desde tu corazón.
Alberto

11.3.08  
Blogger María Rosa León said...

Muy bello, Graciela. Gracias por compartirlo con nosotros.
Un cariño grande
María Rosa León

11.3.08  
Anonymous Anónimo said...

Graciela: su lectura hace redoblar al tambor, grito de final anunciado. Bello. Laura B.Chiesa.

12.3.08  
Anonymous Anónimo said...

Bello homenaje a quien no tiene todo el bronce que se merece. Esa metáfora de la espera que es "Zama" no destilará nunca de mis venas. Gracias.
Alicia Perrig

21.3.08  

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