Poema de Carlos Aguasaco
Nueva York era un largometraje en technicolor
La bailarina frustrada que las hace de mesera en el Village
Junto a una india peruana que cocina como los dioses
La mujer de cadera destroncada
La clavícula de azúcar
Un anuncio de coca-cola con piernas largas
Alguien que pasa deprisa, que vuelve deprisa, que va deprisa
Nueva York era unas miradas en el bar
Y un motel a las afueras
Un argumento de Huidobro producido por David Linch
Cesar Vallejo envenenado con luces
Y otra vez, la mesera que da un brinco ensayado
La mujer que me sirve y me enseña la espalda
La joven actriz que se sorprende al verme leer
El poeta entró en la película por accidente,
Le dieron un papel secundario ordenando café en la barra
Tenía que encender un cigarrillo sin filtro y ver pasar a la protagonista
lucir extraviado en Nueva York
verse como un oso hormiguero husmeando entre el fierro y callar
Pero el poeta no sabe actuar, sólo sobre actuarse, tomarse demasiado enserio
Pasa la vida entre bares y no sabe de restaurantes
Nueva York era un largometraje en tecnicolor
La bailarina sentada con el poeta
Y la preciosa india peruana que traduce al español
Todo lo que dice la rubia.
© Carlos Aguasaco
3 Comments:
Desarraigo y soledad en este enorme poema Carlos.
Un abrazo Gus.
¡Bravo, Carlos! Muy bello tu poema y una perfecta pintura de la ciudad.
Con mi afecto y admiración
María Rosa León
“Ignacio Huidobro trae el terror a Vitoria”.
Magnificas imágenes nos recrean en este gran poema lleno de realidad.
Mis respetos.
Sonia
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