Poema de María Rosa León

Hipotetizando

Supongamos que un día te despiertas
y no oyes cantar a los pájaros
en los árboles de tu vereda;
ni tampoco oyes las bocinas
de los coches por las calles
ni el frenar ruidoso de los colectivos;
ni los ruidos del ascensor
en tu edificio
ni pasos en los pasillos
ni voces a tu alrededor.

Claro, crees que ensordeciste
durante el sueño y, con desesperación,
abres tu balcón.
No ves a nadie.

Enciendes la radio
y no hay ni un solo sonido.
Lo mismo en la televisión:
no hay imágenes ni sonidos,
sólo la luz del encendido.

¿Es que ha desaparecido
la vida en todo el planeta
y me he quedado solo,
absolutamente solo en el mundo?,
te preguntas con terror.

En ese momento suenan al unísono
el timbre de tu puerta, el portero eléctrico,
tu teléfono, tu celular y la alarma
de tu computadora que te avisa
que tienes un nuevo correo.
Vas atendiendo uno a uno la puerta,
el portero, el teléfono y el celular
y no se oye nada y el mensaje
de tu computadora está en blanco...

Supongamos, nomás,
supongamos...

© María Rosa León