Poema de Marizel Estonllo
En los dominios de Neptuno
(…Y las nieblas de Neptuno fueron el Láudano,
el brebaje ilusorio que atemperaba el dolor. )
Casi nada. Niebla que se llevó la niebla.
Es mejor dejarlo así
en este tibio silencio
puedo escuchar lo que late sumergido.
La noche acerca un imposible,
insisto, lucho, peleo en una quietud activa pero no puedo recordar tu rostro
Neptuno es el artífice de esta casa de niebla
Hoy me encandila en otras de sus formas:
la fantasía sobre tu recuerdo.
El desvelo de una niña sola , sin su vestido de luna
con la intacta avidez por la sombra y su densidad
en la sobria tristeza del agua.
Indudablemente se soporta mejor la luz en la penumbra
Y en lo acanalado de la espera
transitan bajo su puente ,
con el rumor de un gemido ahuecado
los recuerdos ,los sueños ,
los ensueños que fueron numerosos
y frecuentes
como la amplificación de una canción que mira al mar
y que ha envejecido en su repetida entonación
hasta hacerse eco invisible
color azul en la sonoridad de un paisaje helado
sacrificio que deja en el aire
sus velados mantos teñidos de niebla.
En su lugar una cadena oscura une una lámpara a la pared
y en la obstinación de la fe ,fuerza la vida
ampliándola.
Su gato amigable es anécdota en la aplicación de otro recuerdo
la memoria de un centauro superpuesto en el cordel de otra noche
Y en este remolino...
vuelvo a cuidar del mar , del viento ,
de preservar el latido de este ,ese ,aquel instante,
cuando todavía el aroma persiste en su color
y su proximidad, hace temblar aún ,
un duelo que parece eterno.
El atributo de una antigua memoria
es hoy percepción ,
palpación de sueños.
Un cuervo negro atraviesa el parque
Y la trama del telar recompone partes interrumpidas.
En la mesa una fuente humeante es igual al peso de la amistad,
magnitud que despliega su rostro
conmovido por la tensión de una rama que se ha quebrado.
Crece la impecable calidad
mientras la fuerza es decisión que calma.
Sonoridad en el eclipse del miedo.
Labios recordados sobre los míos,
encontrados ,superpuestos
en una esquina de la hondura.
Algo se ha perdido definitivamente en la niebla espesa
y como los rayos de un sol suave
forzando la luz en el atravesamiento de la bruma,
la antigua bruma de una antigua memoria,
vamos alejándonos como náufragos de esa fatigada niebla
dejamos su espesura
en el apretado ascenso a la voluntad del deseo
y su sello es un beso preciso en el blanco centro de la espalda
cuando se hace inevitable la certeza de un cruce
interpelando a la esperanza, investigamos las grietas,
ordenamos el caos de la intemperie
y dejamos una bufanda celeste o gris ,olvidada,
en el perchero de un dolor que ha decidido ser abandonado.
(Neptuno o Poseidón ,dios de las aguas y los mares , eligió la profundidad de los océanos para establecer su morada en un reino de castillos dorados. Cabalga sobre las olas con su tridente, su ira y sus caballos blancos. Sostiene y soporta el peso de la tierra dando forma a sus costas , playas y acantilados)
© Marizel Estonllo
3 Comments:
Un admirable trabajo sobre el mito y sus alrededores. Una labor poética impecable.
María Delia Nadal
David Antonio Sorbille dijo...
Un poema intenso e impactante. Te felicito.
Hermosa y original recreaciÓN de los mitos. A veces el poema tienec expresiones fuertes y otras nos transportan al candor. Excelente.
MARITA RAGOZZA
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