Poema de Gina Escobar
APIPÉ
Ya no alimenta
su vientre erizado,
ya no arrulla
con sus cánticos.
La luna que por las noches
se zambullía en sus brazos
hoy está presa en el fango
fragmentada en mil pedazos.
Las murallas de la muerte
desfloraron su hermosura,
preso de frío y de pánico
agonizó en las esclusas.
Lo buscan
inútilmente
para velarlo los pájaros.
Aguas arriba…
la muerte.
Y la muerte…
aguas abajo.
© GINA ESCOBAR
2 Comments:
un poema ecológico que denuncia y si no tomamos conciencia muchos ríos seguirán muriendo.
Muy buen poema.
Abrazo
Un poema-alegato que debe involucrarnos a todos, de gran fuerza y a la vez con imágenes cuya belleza inicial contrasta con la desolación final. Logradísimo. Saludos poéticos Irene Marks
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