30.1.09

Poema de María Elena Tolosa



Camina en mis entrañas
la vida que no tuve.
Perdí mi luna.
Se tiñó de rojo el sol
y sobre mi hombro
asomaron tus ojos.
Querías ver mi rostro
y en la oscuridad siniestra
de la noche
pronuncié un nombre
que pudo ser el tuyo.

© María Elena Tolosa

28.1.09

Poema de Alexandra Botto



Si el Show debe continuar…

Sigues en la Corte
con los reyezuelos y las cortesanas
en tu reino andaluz y de cristal
Ése eres tú
el de la esquina
disfrazado vendedor de palabras
escribiendo en las paredes
leyendas de amor obscenas
Te han visto también
gritar en las plazas morral al hombro
y papel en mano pasando lista:
Músicos
Pintores imitando la luz
en los agujeros de las calles
Danzantes sin pañuelos junto a
borrachos malabaristas del dolor
bohemios de rincón de cantina
y sus viejos amores asomando
entre vapores de alcohol.

Y cuando te alejas en tu carnaval
con los escombros de la noche
te sigue un cortejo de niños y viejos
que te confunden con un profeta
sin alas ni milagros

Pero yo sé que eres
como otro hombre cualquiera
y que vas dejando atrás
las grietas que el tiempo ensancha
entre los débiles

© Alexandra Botto

Poema de Fernando Sánchez Zinny




Inmaculado reino del destino

Bajo otro cielo vuelve la decepción pausada
a trazar un espacio que llenan las magnolias,
los laureles y sauces de entrevista dulzura,
tras adioses felices, con deuda de nostalgias.

Te he pensado inclinada ante un río en demora
y era yo quien miraba el cauce soñoliento,
malezas de la vida y la esperanza,
inmortales aromas que deshilan
el acaso fugaz de la amargura.

No soy, no he sido, pero aguardo y busco
tu mano para acompañarla
en esta vastedad
de aquí extendida hasta el horizonte
del reino inmaculado del destino.

© Fernando Sánchez Zinny

Poema de Graciela Licciardi



resulta imprescindible
a cierta hora de la muerte
un vino montado en la cabeza
que sesee en un recuerdo
o en el olvido

lo mismo da
el recorte primero
la absurda herida
nostalgias pertrechadas
a fuerza de vacíos
pero no

quién dice que se sufre
si se arrima la vida
que queda chiquitita

como recién nacida

© Graciela Licciardi

Poema de Alicia Grinbank


NOCTURNO PORTEÑO

Repiquetea la lluvia en las plantas
de mi patio.
Pienso en las grietas que chorrean
en la casa de mi hijo
pienso si mi hija habrá vuelto del trabajo.
Pienso en el oscuro joven que vi
arrumbado en un portal.
También en que pronto haré mi cama
y en ese abrazo ausente que has dejado.

¿Cómo será mi noche?
¿despertaré ?
Pero ahora
el deseo de escribir es más fuerte que nadie
más fuerte que la lluvia .. el miedo
o la soledad.

Este instante es lo único que tengo.
La moneda que paga en esta noche.
Mi corazón vivo.
Mi santo y seña.

© ALICIA GRINBANK

Poema de José Antonio Cedrón



HOMENAJE A LAS LLUVIAS DEL VERANO

Yo empezaría hablando de Lluís Llach
mirándote la frente/ y seguiría diciendo
que tenés un lunar sobre tu cuello
“una mancha de sol” –me corregís–
y esto haría que lo pensáramos dos veces
sin dejar de mirarnos/ podrías encender
una lámpara azul y un Carmencita suave
y yo darte la mano y rozar tu collar
hecho de cuentas simples: vidrio, piedra, cordel.
Balbuceamos el día y ya pasaron horas/
Anderson girará por la tercera vez sin darnos cuenta
podrá llover, total, estamos en verano.
A la segunda taza de café
me detendré en los hombros y volveré a tus manos,
entonces distraerás tus ojos en los vidrios/
me dices de las flores que plantaste/ en la tierra nueva
del jardín/ seré torpe, tal vez, y no hablaré del agua/
recordaré un tranvía/ te contaré cómo eran mis zapatos/
nos cruzará una infancia por la espalda del patio/
me mostrarás la foto de tus padres/ leeremos una carta/
imitaré a mi tía/ sonreiremos.
Vos pondrás algún pueblo de Turquía en mi imaginación/
también alguna casa/ y pasearé en sus calles/ fugazmente
a tu lado/ te contaré qué fueron de mis últimos tiempos/
y vos de un barco griego de nombre impronunciable
donde viajaste un día en otra intimidad.
Veré que te descalzas sin llamar la atención/
y volveré de nuevo a tu lunar/ a tu “mancha de sol”/
a tu collar de cuentas/ sin dejar de mirarnos.
Harold Budd-Brian Eno nos cambiará el sonido levemente
ambos sabemos que esto lo hemos lo hemos oído juntos/
muchas veces/ pero entonces sin vernos (estábamos ausentes).
Después de “Steal Hawai” hablará un amor tuyo en el casete/
esta vez dejarás correr hasta el final el mensaje en la cinta:
sonríes tibiamente/ te acaricio la lágrima
que atravesó los vidrios/nos atará los labios su humedad/
besaremos temblando/nos daremos/ y pasarán los días.
Ahora tu perra juega con la mancha de sol que se aleja del día/
se asusta con las sombras/ mira seria a las moscas.
Te esperaré con cenas naturistas: calabazas al horno
verduras al gratén (“con poco aceite”)/ duraznos, piñas,
uvas con granola. Diría que seremos comúnmente domésticos también/ probaremos conductas: moverás un alfil desnudando mis torres/ arriesgarás la reina en todas las partidas
(su porvenir nos tiene sin cuidado)/
llegaremos a tablas la mayor de las veces.
Aprenderé tus ruidos meticulosamente como las religiones
(desconfiando de todo mandamiento)
la forma de pisar/ la inclinación que dejas en las sandalias/
qué miradas enseñan dónde empieza la noche.
Viajaremos seguido hasta la madrugada/ tus sábanas
son amplias/ confortable tu auto/ la arena de Casitas/
las palapas humildes del Pacífico Sur/ tu blusa en los caminos.
Tendremos ocurrencias recurrencias miradas clandestinas
complicidades varias/ caricias sol arena en los cabellos/
ojeras brillantes como espadas/ nunca promesas/
ni árbol navideño/ mucho menos tarjetas con trineo/
cortinas transparentes/naturalezas muertas/ bodegones/
ni muñecas sentadas “para adornar la cama”/
ni casa compartida/ sillas Luis XV/ guantes/ ni tampoco vejez.
Sabré dónde te alejas y porqué a instantes conocidos
y misteriosamente –como un ciego– pensaré en el futuro.
Oiré tus manos lejos improvisar la noche/
volverás con galletas y caramelos Brinnen
o mejor con tostadas y canela/
morderemos y el cuerpo se sentirá en el ruido/
diremos: es un lujo la noche que nos damos.
Esas mismas palabras nos van a despedir/
te irás a Barcelona/ y no publicaremos este adiós/
será una ceremonia sin editor ni amigos.
No nos veremos nunca/ nunca más/
haremos que la muerte jamás llegue a enterarnos/
y no seremos pérdida ni engaño.
Tu foto a contraluz se quedará mirando el mar
como los fuertes/ solamente las lluvias regresarán
cada año en el verano/ le mojarán la tierra a la memoria/
tu rostro será eterno/ irrompibles las cuentas del collar.

.........................Puebla, Pue., México

© José Antonio Cedrón

Poema de Anahí Duzevich Bezoz



INFINITAMENTE...

“Mira el ansia, la angustia de un triste mundo fósil que no encuentra el acento de
su primer sollozo”...
FEDERICO G. LORCA



Infinitamente, dolor
adherido entre los pliegues
de cada aurora.
En un trueque infecundo.
Vivir:
Invadida.
Arrodillada.
Tatuada por heridas inconexas y estáticas,
en el atardecer agónico del cronograma.
Sujeta por hilos negros, fantasmales,
que conducen a grávidas entrañas
pobladas de retazos de días y noches
proyectando la fuga de la sangre.
Desolada.
Con una lágrima cautiva
aún perfumada de esperanza
que se niega
a ser crucificada.
La última que me queda.

© Anahí Duzevich Bezoz

26.1.09

Poema de María Sangüesa



MAR DE INVIERNO

Un hilo de dolor roza las algas,
espuma quebrada en duras lágrimas,
que el viento anuda en las sombrías redes.

Agrietada está la arena y duerme
sueños de cuarzo y soledad punzante,
encrespados de penas y salitre.

La mar de invierno se derrama en grises,
sobre una orilla en guerra y desolada
que se resiste a ser trono del agua.

Y con su tremenda fiereza arrastra
los restos de algún beso, una mirada,
suspiros enredados en sus zarpas.

En alas de oscuros cormoranes
ondean sueños y rasgadas velas.
Son olvidos que hielan las arenas.

© María Sangüesa

Poema de Jonathan Berumen



Son las siete en punto y vas tarde
abre las cortinas para que entre Dios
y cuide tu hogar
mientras cumples con el ciclo interminable
de transitar un mundo
que sientes cada día
más ajeno.



© Jonathan Berumen
Foto: Gustavo Tisocco

Poema de Gabriela Delgado


Amó a través de mí

............ “…Me atravesó la vida con su vida…”
.........................Ángeles Mastreta

Sopló a través de mí
para sacudir pretéritos verbos.
Para devolverle alas
a las palomas que anidaron en mi tacto.

Caminó a través de mí
para abrir senderos,
quitar cerrojos,
y columpiar los vientos.

A través de mí habló,
sonó su risa,
reescribió cada verso inconcluso
con nuevas palabras.

Soñó a través de mí
para pintarme de color adolescente,
utopía de brocha gorda en mano.
Sumó un peldaño a la escalera,
un metro al horizonte.

Cuando se iba
miró a través de mi.
Sonrió conforme al ver
un pedacito de sí bien cosido
en el orillo de la espalda
y el contorno de una mano en el pecho
que certifica, como una huella
su paso.

© Gabriela Delgado

Poema de Ana Silvia Mazía


AQUÍ VIENE EL OFICIO MUDO...

............. con la pala y el embudo

Y las miradas
los gestos
el cuerpo
la voz inarticulada
los gritos
los gemidos
los susurros
los bramidos
los silbidos
los soplidos.
..... El andar
..... las pisadas
..... los bufidos
..... los empujones
..... los pellizcos
..... las caricias
..... las lamidas
Los besos besos besos

los abrazos
los saltos.
..... Las piñas
..... los sopapos
..... los arañazos
..... los alaridos.

Aquí viene el descanso
.............. la idea
...............el crecimiento
...............LA PALABRA.

© Ana Silvia Mazía

Poema de María Cristina Fervier


TATUADO EN LOS SILENCIOS

Las palomas de mis ilusiones
se fueron esfumando en visiones
y sobre mi pecho yermo
sepulté sus blancas flores .
En los espejos del destino
contemplo el camino
que retorna a silencios doloridos.
Sueños desdibujados en la bruma
de lo que siendo ayer no fue mañana,
se murió de distancias y soledades.
Tiempo transcurrido,
trajo olvidos, no pasados,
tenues reflejos de alegrías
acaso no vividas, inventadas,
quimera detenida en la luz de otra estrella.
Sin buscarlo, tropiezo en los silencios
con la lágrima seca de tu olvido.

© MARIA CRISTINA FERVIER

25.1.09

Poema de Alberto Peyrano



APOCALIPSIS 6

Y huyeron los pájaros
hacia un horizonte incierto cada vez más rojo.
Las últimas hierbas, arrasadas por el hambre final.
Los lagos se bebieron enteros.
Aun la música se silenció en el mutismo
de las cuerdas rotas.
Los mares, alterados, preparaban el regreso
al estado del Principio.
Y los templos, vacíos, todavía albergaban
los últimos deseos,
la última oración desesperada...
la huída precipitada con las bolsas de oro
en el tumulto olvidado de piedad.
Los huesos de los hombres deambulaban
por las calles desiertas
llenándose de polvo en su desintegración.
La sinfonía del viento a veces lo desarmaba
y otras lo trasladaba
a parajes aterradores donde reinaban el caos
y la nada.
Cuando el último ay se perdió en un eco inmenso
que cubrió el planeta agonizante,
los ojos del Creador, satisfechos,
se cerraron para siempre
y murió.

© Alberto Peyrano

Poema de Cristina Pizarro


ARCO IRIS

El terror de la distancia amenaza la ilusión.
El delirio por la flor azul perturba las sombras de los días.
En un desierto de cristales se esconde la justicia.

Oh, Muerte,
levanta los brazos, alza tu mano y atrapa la locura amortajada
con tus garras salvajes.
Ver morir
.......... acaso no ver.
La muerte de pasos cercanos.
La muerte fraternal.
La agonía del amor en sombras.
La muerte del futuro de un niño por nacer.
La muerte del libro que jamás será leído.

Oh, Muerte,
cruza los burdeles más mugrientos.
Atraviesa con toda tu sangre aquellos senderos
por donde marchan los reyes más hipócritas.
Aférrate a la desnudez clara.
Rodea de flores los cuerpos más bellos.
Gira hechizada entre la tierra y el cielo.
Enciende las estrellas quitándote la capa bordada de esmeraldas.

Y tú, vuelve a nacer en este túmulo de la tempestad.
Ahora y siempre,
celebremos nuestras vidas.
El dios del fuego crepita a lo lejos.
Y así, en silencio,
juntos oiremos una voz sin fin.

Canta un himno al arco iris.

© Cristina Pizarro
foto: Gustavo Tisocco

24.1.09

Poema de David Rosario Sorbille


LA CASITA BLANCA

“cada cosa es un recuerdo que se agita en mi memoria”
Enrique Cadícamo

Escribo,
siempre escribo,
desde el refugio
de esta maravillosa
casita blanca,
con sus paredes
mil veces restauradas,
como un desafío
a la niebla del pasado,
como una invocación
a esa historia
que retorna
a la sombra
de mis Viejos,
e ilumina mi vida
con rayos de amor
de un eterno sol.

© David Rosario Sorbille
Foto: Gustavo Tisocco

Poema de Diana Espinal


Encendí

Encendí el faro de la polinización y cayó
el once de trébol
un cajón de perjuicio y
un catálogo desbarajustado
Confusa de techos y de agujas
de perspicacia y de maniobras
cambié el destello por dos enebros
Con los ojos de daga y el crujido de puerta oxidada
extendí los brazos hacia la epidermis de ocres
Me vacié enrojecida de antílopes


© Diana Espinal Meza

Poema de Erika Martínez Rodríguez



Oscuridad,
silencio de sombras,
voces calladas
en la noche,
buscan un rincón
para ser eternas,
dentro del círculo
llamado soledad.
Penetrante,
mirada invisible
que nos lleva,
frío en las calles,
farolas encendidas,
pasos lejanos,

y nada.


© Erika Martínez Rodríguez
Foto: Gustavo Tisocco (Mar de Ajo)

Poema de Cecilia Cavadini


DEL FRACASO

FRACASO, ES LA LEJANIA DE LO AUSENTE
SENTARSE EN EL REGAZO DE LA NADA
AFERRARSE AL SILENCIO
ABRAZAR AL VIENTO
EL FRACASO ES AUN MAS CRUEL QUE LA MUERTE
ES CAER EN LA BAJEZA DE ARRODILLARSE A LA NECESIDAD
PERDER EL HONOR, EL RESPETO Y HASTA LA CORDURA
EL FRACASO, ES GATILLARSE EN LA SIEN EL REVOLVER
Y QUE NO SE EXPULSE LA BALA
ES AMAR A LA MENTIRA
ES DEJARSE LLEVAR Y PERDERSE ENTRE LA NEBLINA


© CECILIA CAVADINI

14.1.09

Poema de Luis Benítez


JUBILO Y CAIDA
Armonía primera allí te vi, no era necesario
mirar las partes de tu reino entero pero allí te vi
y no quise detenerme en tu orilla, tu orilla
que está en las simples cosas llenas de tu ondulante sombra.
Qué delicadamente, luz en la luz, centro del día,
te corporizas o elijes una sencilla forma cuando nos prestas tus ojos
y cómo un eterno amor nos lleva de la mano
a tus criaturas, allí donde eres sí,
en lo animado, la infinita danza,
la queja misma de cuanto existe.
Alta serenidad todo es tu vaso y cada uno
declara tuyo un color nuevo. Es abril
de un año que para ti no cuenta y sin embargo
un dulce calor te trajo aquí a mi lado. Era yo apenas
una certeza esta mañana y la espuma del sueño
y los lados del día se apagaban en mí.
Bastó pedir, correr a tu contagio,
para que un soplo sobre las cenizas que empolvaban las cosas
encendiera de nuevo el mundo de carbunclos,
las amatistas del aire... ¿las múltiples facetas
de tus brillantes vidrieras, de dónde vienen,
de qué sima profunda o de qué cima pública y expuesta,
de qué otro tiempo apenas visitado,
apenas entrevisto en el fuego del fuego?

Peor ayuno no hay, que el que hay de ti.


© Luis Benítez
Foto: Gustavo Tisocco

Poema de Norma Segades



Nocturno del miedo.

Es de noche.
........ Tú sabes...
Hay ojos amarillos
edificando negras soledades
en extrañas esquinas.
Y hay corazones ciegos
suplicando mendrugos de palabras
ante espaldas dormidas.
Y hay hombres revolviendo en la tristeza
para encontrar un eco,
........ un trozo flaco,
las hilachas desnudas de una risa.
Y hay dolores gastados,
.........y amores sin abrigo,
y mujeres marchitas
........vendiendo en la intemperie
su follaje de espinas.
Es de noche.
........Tú sabes...
El mundo es una espada
decapitando rosas ateridas.
Es un hueco de vísceras aullantes,
un infierno de luna
diseminando gotas de ceniza.
¡Qué suerte este destino de sabernos,
de tocarnos
.........y vernos
.........y sentirnos,
de amarrar,
.........al ocaso,
la proa de tus manos errabundas
en mi cintura herida!
Abrázame,
.........amor mío.
Es de noche.
.......... Tú sabes...
En los desfiladeros del silencio
muerden fauces salvajes
.........las violetas perdidas.

© Norma Segades

Poema de Rubén Vedovaldi


ODA TESTAMENTAL

.....“Quiero elegir el día para mi muerte.” V.H.

morir en paz quisiera la muerte de los justos
no sin algunos dientes todavía
manos curtidas de haber hecho algo
por mi, por los demás,
no sin algunos versos en un bolsillo

simple de ropas me quisiera ir
sin fúnebres despliegues lamentables;
sobre fresca gramilla o trébol en flor
no en helada camilla de apurada ambulancia

no quisiera morir sobre el asfalto
o a merced de enfermera desconocida
en una sala numerada y extraña
dolorosamente aséptica
cercado por frascos,
barbijos, guantes, cables

volver al polvo anunciado quisiera
mientras se desperezan los primeros pájaros
y se esfuman las últimas estrellas

morir en paz
reposada mi nuca contra el pie de un viejo sauce
mirando el río bajar
al final de una noche de primavera
cuando van destejiéndose las sombras y alrededor
las cosas recobran colores y formas de otro buen día

devolverme a la tierra
en la certeza de que el extenso futuro
será para todos para siempre
como para todos corre el agua
sopla el viento
y se suceden días y estaciones

hagan la voluntad de los vivos,
no la del muerto
pues tanto me dará alimentar cuervos y gusanos
como ir a la morgue de autopsias o transplantes

creo en la evolución de las especies
creo en la flora y fauna de este y otros planetas
pero no creo en la transmigración del espíritu
en el orden litúrgico
en el opio sagrado
en la resurrección de los muertos y la vida perdurable
ni creo en otro Infierno o Paraíso
que el de haber vivido

© Rubén Vedovaldi

Poema de Gladis Moine



Sueños mojados

Salté el mundo
con zapatillas lustradas,
blanco desconsuelo.

Visité plazas,
iglesias,
caminos cansados,
sombreados puentes antiguos
de los que no tengo memoria
el recuerdo se ha perdido.

(¡Ay viento
no cantes tristeza
que la penumbra está quieta!)

Se me rompieron los pies
de tanto mojar sueños.

© Gladis Moine

Prosa de Piero de Vicari



mi parentesco con la lluvia, proviene siempre de excesivos milagros

© Piero De Vicari

Poema de Norma Padra



MARIONETAS

En la quietud del parque
la música de los pájaros
aún se escucha.
Sobrevivo en la jungla
entre disparos y crueldades.
Han secado hasta las fuentes.
Sin agua ni migajas,
los pájaros penden del cielo
por hilos invisibles.
Marionetas ellos y yo.


© Norma Padra

Poema de Laura Yasan


boby dogy

abrí la puerta y encontré un animal
lamía sobras del amor
subí a la compasión y traje leche tibia
busqué una tienda en medio de la noche
compré alimento para perros
una correa hermosa
salimos a pasear y volví con el cuello lastimado
busqué algo abierto en medio de lo mismo
conseguí una curita y aspirinas
él seguía con hambre de ese plato
le ofrecí restos de otra carne
hubo mordida astillas y sutura
busqué pañuelos en medio del cansancio
busqué en el beso y en las habitaciones
el nido de esos ojos el lazo la medida
busqué en la permanencia en la postergación

él me vio arrodillada buscando su alimento

© Laura Yasan

Poema de Flavio Nicolaevsky



CAPRICHO DEL SIGNIFICADO

El prtphumbílico anfitrión de Alfatusta
pubiloquea el temático transfinar de sus cocenáculos
Apronta el rebomboneo tantalódico
excremociona el tus
y el polón
rociona rociona

¡ Cagatar cagatar cagatar!
Exclamaciona el pomponeo todifidicado del plint
Prepotóneo
Ñuz

Pimpineante verdad
el Mumupreto, el cetromastado córifero
la oclomerosa pepé

¿Desconfían?
¿Los pochotutos, los caraperotes del mitar, las sutramozas del
nosir?
Láspitas láspitas
Se lo prépolean

Cagatar
cagatar
supura la farfulla de tu antrita
Metéstone en la pírasa
Asúchote en la ropera persitud

Jatajajaja jatajaja
Ricotean aleprosos ¿no?
Piyulanes vivilones

Supocacen lo que menefretuto y todos ripipí

o mejor
charlemos un rato

© Flavio Nicolaevsky

Prosa de Sonia Quevedo



DESGARRAOS

Grito desgarrador, entrañas rotas; desesperado el hombre ve brotar torrentes; lacerados los cuerpos ruedan sobre el fango.
Se escucha:
Sin temblar, al frente pase; le dispara; el entrecejo relajado sangra; cae el hombre.
Llega la tarde envuelta en muerte tapizando campos y caminos con vísceras sangrantes .
Grito desgarrador lanza el hombre solo en su agonía, comprimiendo sus entrañas rotas; el aterrador llamado de la muerte que no espera, llega.
Testigos mudos como sombras en la noche escuchan repetirse el grito; viaja el eco; pálido un ser, un ser humano, sosteniendo entre sus manos casi inertes va, vísceras y piel; la sangre toda le salpica mientras arrastrase puede; y traza hasta caer, caminos púrpura por los tristes campos.
Firme la mano dispara nuevamente; relajado el entrecejo sangra; cae otro cuerpo; vísceras y piel, dispersas quedan convertidas en destrozos sobre el fango.

© Sonia Quevedo

Poema de José Emilio Tallarico



EL DOLOR

I

Cómo hasta aquí vino el dolor
no sé, o lo sé a medias
(un proceso de acumulación tal vez,
con vetas de inmundicia o pasta muerta).
El guiño del vivir debe haber apelado
a una parálisis de trazo grueso,
diluidas vigencia y cantidad,
mientras se deslomaba un sueño en cruz
desde mi sombra envejecida.
No sé, se ha quebrado un animal profundo,
se ha derruido un árbol de raíz, sin señas, sin odio.

© José Emilio Tallarico

Poema de Silvia Manzini



Gaza

Rezo sin dios y sin patria, para que poemas
callen las bombas, y que hombres y mujeres
siembren flores, en tierra arrasada
y que los niños sean salvados del infierno
en hospitales del amor

Rezo para que ellos no caigan
heridos de odio y sin razón,
sobre arena de sangre

Rezo para poemas que siembren poemas
y la poesía anide un lugar para vivir

rezo para que el fuego sea llama ardiente
viva creación , entre colores oscuros
pasión de los opuestos , luz naciente

Rezo para que tu música Barenboim
sea mística del encuentro, instrumento
sin su artífice, aunque oremos
al argentino que hizo soñar su orquesta
para volver sordas las bombas

Rezo para que el arte invente ese imposible
y un niño sea un dios cuando juegue
un hombre sea un dios cuando crea
y una diosa, mujer cuando sueñe

Rezo para que poemas paren las bombas
para que el poema sea bebido:
agua del desierto
y calle las bombas del dolor

Escribo no porque padezco el mundo
sino por que quiero cambiar su horror

Escribo para que estés allí
y que el poema calle
sólo ante tu voz viva

© Silvia Manzini

Prosa de Héctor Urruspuru



desde enjabonado palo negro negros en la lona cola desempleo caen y todo rojo rojos cuervos ayyyy! las entrañas flacas en los picos y che presidente el frío su mueca
under el puente
debajo de cartones che presidente la muerte los que no fuman cohiba no catan champaña no los ves?!

© Héctor Urruspuru

Poema de Omar Requena



De todas tus imágenes
De todos tus rostros

Únicamente
los màs desleídos

Los imposibles



© Omar Requena

Poema de Sandra Cornejo



Un abedul

Un abedul
cuando llueve,
una arboleda que aclara
al arañar la pista
y desciende el avión en un aeropuerto
donde las mujeres beben vodka
a las seis de la mañana hora local

Era acogedor el frío
aunque temible
Cantabas en mi idioma
pero con otro acento
Afuera la hilera de abedules
los aviones solos sobre el cemento mojado

Detrás de las cabinas
los soldados
te miraban cantar

Algunas veces, por un instante
la historia debería sentir compasión
y alertarnos

© Sandra Cornejo

Poema de Sergio Borao Llop


MATRIOSKA

Alma
cautiva en un cuerpo
anclado en una celda
la más oscura celda de una prisión infinita
arraigada en el corazón de una ciudad sin nombre
la más anónima de todas las ciudades
de aquel mundo perdido entre millones
de planetas
........ estrellas
............. nebulosas
en constante movimiento.

Y sin embargo, todo
parece suspendido en el instante.

© Sergio Borao Llop

Poema de Natalia Molina



Camino de ida

I

la histeria es un camino de ida
que no hace historia
sólo apedrea las ganas
en laberintos gesto-verbales
tonti
va con amor
bichi
aunque sabés que nunca
jamás te diría papi
me dan impresión las parejas
que se nombran papi ó mami
y he llegado a abofetear a algún sátrapa
que me ha dicho mamita
para no volver a dirigirle la mirada nunca más

© Natalia Molina

Poema de Silvana Gangi


Resume todos mis poemas.
......... La mañana y el mar.
El silencio y la palabra.

Callo.
Inmovilizada en la posición más incómoda,

Sos mi siesta.
No creí que vayas a serlo jamás.

Gracias por tu acurrucarte
Y la respiración densa.

Alumbras una imagen nostálgica
Saber que lloro de lo hermoso del momento.

Como cortinas de agua
Tus pestañas evitan despertar vientos.
Eclipse de suspiros descanza
En tus pómulos.

El calor se concentra en tus labios,
Que esconden cenizas de ayer.

Boca tan de niñez!
Desespero cruzar mares por cuidarte!

Deseé el momento en que tu espalda tuvo frío,
Para poder arroparte como criatura que sos.

Como desearía ser tus ojos!
Leyendo lejos y en colores.

Dormí, algodón! Felpito!
Mi dibujo animado!

........ No tengo ningún pensamiento.
Sos lo más hermoso que ví.

© Silvana Gangi