28.5.10

Poema de Reynaldo Uribe



RETRATO DE MUJER

Los nombres de mujer
no se escriben con tinta
ni llanto sangre o aerosol
sobre las piedras los nombres
de mujer no se graban en la corteza
de los árboles no sirven
para encabezar poemas. Los nombres
de mujer no quedan bordados
en las sábanas no quedan
en las cartas no caen
sobre los manteles no se ocultan
en la luz en las tinieblas en la sombra
de los objetos no caminan
sobre la huella de nuestros pasos.
Los nombres de mujer no se pierden
ni quedan confinados a un conjunto
de letras sin sentido. Los nombres
de mujer no se escriben no se recuerdan
ni se olvidan
no son
sino esa imagen de nuestro
propio rostro en el espejo
que nos mira en silencio
que nos mira fijo nos pregunta
qué hicimos para merecer
su nombre.


© Reynaldo Uribe

Prosa de Yadi Henao



Alguien trae chocolate. Comemos sin mirarnos, sin saber que el agua deshace el sabor del recuerdo. La novia del consuelo guarda un pedazo bajo lo que queda de la media -la desgastada de barro y lana-. Dice no comerse la última pastilla del olvido. No quedarse a regurgitar el mañana del ayer. No vivir como una vaca de angustia. Quedarse en el temporal, no dejar de reír, no quitar la mano de la cintura. Comemos sin mirarnos, impasibles, con labios de acero o de exterminio.


© Yadi Henao

Poema de Graciela Caprarulo


Ilíada, Canto XXII

extenuado por el ejercicio
el héroe tiembla
sobre sus rodillas

un claro desenlace
se despliega ante sus ojos

finalmente detiene la carrera
siete vueltas a las torres de Troya
a la dilatada muerte

más tarde
cuando el héroe se haya ido
plantarán la ofrenda al sur de las murallas
entonces los troyanos habrán de celebrar
la negra paz

mi reino por un caballo -ya se dijo-
de clavos y madera -esta vez-

afuera sigue el héroe
las rodillas apenas temblorosas

ha visto venir la lanza
y no deja de notar
que de un momento a otro
comenzará la lluvia

...............................a Héctor, príncipe de Troya

© Graciela Caprarulo

Poema de Héctor Miguel Ángeli


TÉRMINOS

Degustar no es igual a disgustar.
Según sea,
uno hincha el vientre del arzobispo
y el otro
asume la responsabilidad de la historia.

© Héctor Miguel Ángeli

Poema de Liliana León Trujillo


“Foto de la Habana”.

Eres de sabor a caramelo
-pero sufre muslo-
Supongo que quieres que te toquen.
No dejes que te miren con cara de burdel,
no pueden convertirte en cortesana negra.

Alguien les ve y dice:
La mano de él más que acariciarla la estrujaba,
con un ansia inoportuna y soez.
Ella con sus gestos vulgares,
un entusiasmo repentino le causaba.
Su lengua como perro sediento.


© Liliana León Trujillo

Poema de Norma Segades


Conquista del olvido.

Como ves,
........ el olvido no es sencillo.
Hay que andar,
........con cautela,
anillos de memoria enmarañada,
navegar espejismos de promesas
haciendo caso omiso a sus palabras,
amarrados a las arboladuras
de vergüenzas,
........engaños
........y distancias
y aprender,
........lentamente,
a conjugar los verbos en pretérito
aunque la sangre insurreccione pájaros
debajo de las pieles harapientas
cada vez que digamos:
........- yo lo amaba.
No es corriente
........ni simple
........conquistarlo.
Es un asedio largo y doloroso
junto a la soledad de sus murallas.
Porque erige sus puentes levadizos
y desnuda las lenguas crepitantes
donde hierve el recuerdo
la encendida insolencia de su entraña.
Y nunca pacta treguas.
Y a veces,
........tiene tiempo
de armar contraofensivas peligrosas.
Y siempre,
........en sus bastiones,
sopla un salvaje viento de nostalgias.
Es claro que uno puede ejercerlo de prisa,
con el filo
de alguna antigua furia subterránea
y antes que se atrinchere en sus almenas,
de un manotazo,
........sin pensar siquiera,
decapite los pétalos azules
........de su dalia obstinada
o mentirse su muerte
........cada día
mientras la ausencia resquebraja arcillas
en los párpados secos de las máscaras.

© Norma Segades

Poema de César Cantoni


Epílogo para un viaje de vacaciones

No eras mi tipo, como se dice,
pero, de haber podido, te hubiera regalado
los jardines colgantes de Babilonia,
aquella noche, en la desolación
de un parador de ómnibus, en medio de la ruta,
mientras esperábamos rehacer la marcha
que nos devolvería a La Plata
y el verano se apagaba sin gloria.

© César Cantoni

Poema de Silsh



Algunos dicen alas
otros viento
hay quien funde grafito
lo encarcela.

yo suspiro


© Silsh
(Silvia Spinazzola)

Poema de Isabel Krisch



el contorno no resiste al metro
ni la tela a la tijera que no vacila
que no teme escindir o cortar
transformar el lienzo
hemistiquios idénticos donde se bifurca la luz
la mujer que cose pliega frunce
une símiles suertes
sueños
mientras la genética de la luna
mientras el sol filtra la simetría
y se cuelga de los hilos
de los amaneceres

© Isabel Krisch

Poema de María Eugenia Caseiro


Isótopos.-

......A la Abuela, a mis Hermanas, a mi Madre

Gota.

Yo que no tengo estrellas que contar
me vuelvo adentro a sus adentros
los míos que recuerdan
el vaivén de sus pulmones,
sus arterias calientes…
ella se agita, me sabe
gota pura;
blanda gota de sus ojos concebida
travesía vertical
hasta el mar de toda hora
en reposo.

© María Eugenia Caseiro

Poema de María Amelia Diaz



Llueve
y esa sensación de paz
que dejan las gotas
sobre el tejado del gato.


© María Amelia Diaz
Foto: Horacio Farroni

Poema de Nora Alicia Perusin



CINCO MONEDAS

................a cierto recuerdo de la infancia

La muerte mira de soslayo y pide una moneda,
liviana queda en la mano de mi padre,
como el gemido del viento
o cierto blues un domingo de cine, por la tarde.

La moneda baila y brilla en su mano
es una canción que no puedo entonar
“good night, sleep light”
mi voz es áspera y vuelve a pasar
como una cinta sin fin

la música da vueltas y no me reconozco
en esa escena
pero la moneda brilla
en la mano de mi padre
desnuda

Ahora la mendiga se apodera de las hojas de ligustro
del paso en el guijarro
de un pasaje de convoyes nocturnos
en otro invierno

© Nora Alicia Perusin

Poema de Rosa Lía Cuello



LUNAS QUE NO FUERON

Cuando por una esquina cualquiera
se abre la estructura del alma
un río azul acaricia los silencios
y se desliza por la ventana del tiempo.
Todo reverdece en los extremos agónicos
de la ausencia no programada.
Indeleble, en mutación constante
me aferro al rudimentario extremo de la nada.
A la hora en que las palomas
acunan suspiros derrotados,
ángeles sin alas
emprenden el regreso
por tangenciales transparencias,
ovillando el dolor contra su pecho.
Y palpitan en mí antiguos sueños
que dormían postergados en la búsqueda
de cansadas lunas que no fueron.

© Rosa Lía Cuello

Poema de Ignacio Osorio



Intuición masculina

Dame otro beso

Dame otra detonación de tus alientos
para que me reviente otra vez
la ilusión alada
y todas las ciudades se hagan pájaros
con ese beso

¿Puede ser tan increíble esto?
¿Qué hay después de esto?
Me preguntaste

No sé…
Te dije
intuyendo el abismo.


© Ignacio Osorio

Poema de Patricia Ortiz



Aún respira en mis labios
ese último beso
-la entrega pura y doliente-
augurio de despedida.

© Patricia Ortiz

Poema de Moni Indiveri de Vega


MOSKVA

IV

cuando las águilas bicéfalas
no cierran los ojos
plantan la furia

por sus cauces no pasa
ni un hilo claro
ninguna curva suaviza pensamientos
tamizadas en partículas
se diseminan las ideas

rajada la base del cráneo
supura la intoxicación

pesa la soledad
más aún en compañía


© Moni Indiveri De Vega

Poema de Mónica López Bordón


EL ABISMO DE TU PIEL

Se confunden los minutos con la vida,
variamos las fronteras,
resucitamos al clamor impar que piden las voces:
Beso, beso, beso...
Y nuestro amor vertical desvaría perdido
en este laberinto de aritmética mutua,
de hemisferio compartido como una casa de muñecas
donde, casi siempre, está todo a punto
y, donde, casi siempre, hay algún tropiezo.

Este viento azul de soledad
me permite cruzar la linde de tus labios
palmo a palmo
como ese astro que no suma ni resta
porque sabe que la carne no se mide
y que el tiempo no se cuenta.
Ambos pasan hasta la muerte
rozando todos los límites posibles,
al filo de tu boca,
al abismo de tu piel.

© Mónica López Bordón

Poema de Silvia Camuña



tapo los espejos
y te busco pájaro
entre la niebla

canto feroz

y gritas unánime
a mi ira
a mi rayo
a mi mortaja

tapo otro espejo
y no conozco el rostro
de nadie
en duelo de imagen
busco
con los brazos dislocados
la vértebra del delirio

me alzo
ventarrón
de siete luces
y coronada
de palomas de plata
salgo a ver
cuál es el rostro
que tiene
el manto

no es el mío
no es el de Jesús
es un rostro opaco
el tuyo
sin su dimensión de espejo
(mi demolida mortaja)

© Silvia Camuña

Poema de Migdalia Mansilla


Limbo

ni cielo
ni infierno

sucumbir
en la nada


© Migdalia B. Mansilla R

Poema de Liliana Varela


SERÁ

.........Parpadea la noche
.........en este anciano pecho
.........que no quiere dejar de latir...


Será el mismo sol
el que mañana bordeará mis pasos
el que cazará testarudo la sombra
que mi cuerpo abandonó
una noche sin luna.

Serán idénticas las estrellas
las que en el sigilo de sueños sin metas
duerman en la cabecera
titilándome.

Será constante el abofeteo de la risa
partiéndome la tristeza en dos
jugando a la búsqueda de un tesoro
imposible de encontrar.

Serán los mismos párpados
quienes atropellen el ritmo circadiano
de un palpitar que no quiere ni puede ceder.

Y seré yo
el interruptor
con que apague el día
su amanecer
/y su destino.

© Liliana Varela

Poema de Víctor Marcelo Clementi


Ente alucinado

¿Qué entonces?
un profeta ebrio
dos veces espejo

hay voces persiguen
nacen obsesión

es que son exactas
y eso me peligra.

© Víctor Marcelo Clementi

Poema de Mariana Toniolo



Calle

Algunas calles rompen pensamientos,
duermen solares cincelando alondras,
piel y deshielos,
permeables a la constelación,
que habla de nudos,
de muros y ciudades,
que danzan batallas navales de astrólogos
y risas que ríen
de la muerte y su suicidio.
Ocultan vértices milenarios
y ociosas caricias de invierno...
Pero otras,
transforman lo gris en pura fiesta,
mecen la ausencia del olvido
ruborizan las piernas y llaman a la razón
con el nombre mojado de los labios.
Entonces imprimen su caricia
a pesar del puño que golpea la puerta,
.......................................... cerrada.

© Mariana Toniolo

Poema de Xenia Mora



SOÑARÉ UN CREPÚSCULO NUEVO

Soñaré un crepúsculo nuevo
de manos unidas
con su crepitar
encenderán diamantes
y arrobarán mis mejillas
nuevos colores.

Haré resucitar
de mis labios palomas
para que borden azahares
con hilos de besos
que aniden en ti.

Desenredaré mis guirnaldas
de engañosas beldades,
dejaré volar esperanzas marchitas
en anillos de humo.

Sentiré su abrigo
en este nublado invierno ,
sin permitir el paso
a la gélida melancolía
que pretende instalarse
en la piel de mi alma.

© Xenia Mora Rucabado

Poema de María Laura Coppié


Necrológica

“Después del amor, alguien tiene que ordenar,
.............................................tender la cama,
encender la luz sobre la oscuridad de las cosas.”
..............................................Rodrigo Illescas

Mediodía de domingo
de sol esquivo.

Él pinta
y con sus manos alas
me salpica los sueños.
Todo está en paz.
Bailamos, nos reímos.
Hasta nos desatamos
las piedras de los tobillos
por un rato.

Huele tan bien este momento…
Imposible adivinar
que ya no habrá mañana.
Que nunca terminará
la semana.
Que esta pausa
es sólo un aviso fúnebre
en nuestras frentes.

© María Laura Coppié

Poema de Raquel Luisa Tepich


Añoranza

Acurrucada en la noche
meditaba la existencia
en cruel soledad.
Ebria de champagne,
sin poder esbozar
un avenir dichoso.
Destruida por ilusiones
truncas.
Sin rutas de rosas,
sin vuelos fijos.
Ausencia asfixiante,
apetente de ti,
destruí tu retrato
e igual tu rostro
sigue grabado.
Te amo
en mis sueños agitados
te aborrezco y añoro
cada despertar.

© Raquel Luisa Tepich (Kellypocharaquel)

27.5.10

Poema de Fernando Sánchez Zinny


Casa deshabitada

He amado las casas vacías,
las ciudades deshabitadas
que recorrí de noche, a tientas
y lleno de este amor que ahora
arrimo a tu misterio.

¡Tantas moradas y canciones
alrededor de tu belleza que es
como una húmeda vecindad estrellada!

Las galerías de un palacio
en que no hay voces ni las puertas se abren
y en que tampoco nadie ama o espera, porque
también ella es una mansión deshabitada.

¿Sabe esta amiga que cuando la nombro
es porque estoy un poco ebrio?

Y estoy tan lejos
que sólo escucho mi propia voz.

© Fernando Sánchez Zinny
Foto: Horacio Farroni

Poema de Fabiana León


Nena

2

Sé que soy una nena
Porque uso el pelo largo
Y no tengo lo que le vi
a mi papá
espiando atrás de la puerta.
Es raro, pero ser nena
Es algo serio.
El zapatero del barrio
Me abraza y me mira
Yo no entiendo
Pero el hijo se enoja
Y lo reta.

© Fabiana León

Poema de Emilce Strucchi



Mundos me trae a este encierro
de azar o mero cálculo
de lo que no se dice
ni designa
todos sus aledaños,
que intuirlos es trabajo de ciegos;
y pintarlos, es tacto de desnudos

iracundos son
quienes no descubren
la morada de la infiel letradora
que verdaderamente se enternece
para poder amarnos

sin escrúpulos, fútil
es la gloria que nos ocultan
estos violentos extravíos:

glamoroso el desenlace,
de investidura pétrea.

© Emilce Strucchi

Prosa de Fernando Trejo



................A mi hermana: Carolina Trejo

A dónde dirigir los pasos si en tu habitación queda flotando el aire, inmóvil, silencioso. A dónde estas palabras para inundar los ojos. Cuánto pesa la ausencia Carolina. Llegar hasta el delirio de atrapar la noche sin contar estrellas, fumarse una constelación de llanto en la ventana; ahí, donde al voltear la vista, no hay más que una sola soledad haciéndote la cama.

© Fernando Trejo

Poema de Elena Eyheremendy


Casco con Duraznos

.............. Yace el soldado. Un niño
..............Vino en el aire a hablarle de su aldea.
........................ Rafael Alberti

Indefensión en las hoscas banderas
Casco de Soldado yacente en campo ajeno

Llénate de duraznos
Que el perfume Rezume entre tus dedos

Que tus estambres Queden para siempre erguidos
Como Frutos votivos / olvidados

© Elena Eyheremendy

Poema de Yolí Fidanza



Una cita incumplida.
Una flor que no llega.
Una mirada huidiza.
Una palabra errada.
Un desencuentro.
En voz baja un reproche.
Un grano de arena
en el ojo de la memoria.
Un reloj loco atrasa y adelanta,
fugaz tiempo el del goce,
la desdicha sin término.
Quebrada la esperanza
y la promesa del amor perdida.

© Yolí Fidanza

26.5.10

Poema de Diana Espinal



Amanda Castro


Fuiste la amiga inclaudicable
mujer que ardía entre frontispicios y piedras...

Fuiste calle que arrancaba de los postes las luces amarillentas y las polillas
Fuiste proliferación de manos y aplaudiste recorridos de trenes y caminatas nocturnas

Con tu sangre fundaste páginas con letras encarnadas
en el día día
con el ayer ayer
con el hoy y la danza del fuego en pequeñas chispas de perlas

Hoy la luna tiene sus alas abiertas
En la mano tiene una pluma
Hace un jeroglífico en constelación
Y
Subraya en la memoria
El parpadeo esdrújulo de tu partida.

! Hasta Luego...amiga!


© Diana Espinal


Amanda Castro. Escritora Hondureña.
Recientemente falleció por una insuficiencia pulmonar. Desde hace unos años, ella caminaba con un tanque de oxigeno.
Fue defensora de los derechos humanos, y mujer activa en la Resistencia popular en contra del golpe de estado del año pasado en Honduras.

Poema de Elena Cabrejas



TIEMPO DE AMAR

...............(años 70)

Escribo contra las grietas del tiempo
que quieren continuar arañándome.
Soplo las cenizas que cubren mis huesos
y comienzo a resucitar.
El amor me limpia. Me devuelve a mi antiguo
vestido de brisas. Nace desde cada una
de mis cicatrices. El amor me salva.
Busco las manos de los otros.
Busco salvarme con los otros.
Formar un solo vuelo que marche con el canto
abierto bajo la lluvia.
-Es difícil gatillar contra un horizonte de pájaros-.
El amor ocupa el tiempo de los silencios
invade el tiempo que nos lastima
marca la hora de recoger las redes.

El amor. Un desafío permanente.
............. Una llama que crece y se propaga.

© Elena Cabrejas

Poema de Leonardo Martínez



TODA LA TIERRA

Hay un pedazo de tierra
que es toda la tierra
fundado en mi alma
árboles le crecen como manos
y vientos lo arremolinan de nostalgias.
Sus fronteras sombras
de ropaje oscuro y doliente
selladas por la ausencia
en escrituras borroneadas
ilegibles temblorosas
tiznadas por la humareda de los años

hay un pedazo de tierra
surcado de abandonos
ventas donaciones testamentos
codificados
clasificados
este mestizo es de alta sangre
y le sepultó vainas de bronce en las aguadas
este otro es puro abolengo de Castilla
y lo pobló con hijos solitarios
mulatos zambos cuarterones
divididos
arracimados
bautizados por capellanes de la nada
adventicios
que labraron sementeras jubilosas
empalmándolas con borracheras
cuando la pesadumbre les roía
como una carcoma amarga.

Harían falta infinitos espejos
para doblar la vida
y expulsar el desarraigo por el mar
en navíos cargados de huesos y fantasmas
hacia las comarcas pálidas
enarbolando fábulas
codicias desengaños
harían falta mayorazgos
y hembras de pecho airado
oficiantes del poder y la alegría
para lanzar la mariposa de oro
desafiando al tiempo.

© Leonardo Martínez

Poema de María Teresa Andruetto


Patricia Lee

Flota Patricia Lee sobre la vereda,
como un poema de Rimbaud. Es de oro la luz
y sin embargo ella sabe que puede no alumbrar.
Cuando era chica quería ser poeta. Tenía al niño
genio de la mano, pasaba con él su temporada
en el infierno. Saludaba el ojo bizco, camino
del templo a los vecinos, pensando que su palabra
no era para esa gente. Algún día volveré
y seré millones, se decía, cantaré en estadios,
estudios, festivales, y aplaudirán los músicos
del mundo, no esta gentuza de pueblo. Cuando
era chica quería ser famosa. Más tarde quiso ser
la monja de Calcuta. No la maldita, no la artista
consumida, no la puta, sino la que llora al hermano
muerto, al marido muerto, a los amigos. Ya no hay
distancia entre los sueños y la vida. Por eso canta
en la noche en los estadios, los estudios, los rincones
de su casa. Canta Patricia Lee y mientras canta
la maldicen los bizcos y los genios, gritan camino
del templo los poetas, Volvé a tu casa, Patti,
volvé a tu casa. Pero Patti lee,
Patti Lee….

© María Teresa Andruetto

Poema de Nilda Barba



cajitas de música
saturan
su voz
que no puede más
cajitas de música saturan
es profunda la noche
un cráter tan grande que nadie lo ve
dos hermanas trepan y trepan el nido
está muy adentro
el aroma a bizcochuelo
desafinado
gargantas resecas
marchitan la lágrima
saturan saturan
cajitas de música
un frío feroz


© Nilda Barba

Poema de Alfonso Freire


Los trenes del Sur

La tristeza de las estaciones
mueren
y reviven en el recuerdo
de los que nacimos en las estaciones móviles
del Sur

el amor y el humo del olvido
se sientan en la sala de espera

mi padre viene y va
en su tren invisible
para contar en cada regreso
la historia
de viajes y retornos

muchos jóvenes de hoy
desconocen la magia de los trenes
por haber nacido en otros viajes
que aún no tienen estaciones.

© Alfonso Freire

Poema de Analía Pinto



el rojo fruto ovoide
mora en su suave y delgada pulpa

sus flores púrpura pálido
me recuerdan pequeñas ciruelas
que hubiera atesorado antes en mis manos

el rojo fruto ovoide reposa
glabro, caedizo, pardo al madurar

inflexiblemente erecto se pasea
deja al descubierto
mi torpe sutura vegetal

el rojo fruto que me alimenta
a la vuelta cóncava de los días

el que tanto se parecía
a la oblonga permanencia
de sus estigmas

© Analía Pinto