Poema de Alda Salzarulo
La casa de la abuela
La casa de la abuela
tenía un olor a verde madurado
por el sol andaluz
que se escapó con ella,
enamorado.
Un corredor tan largo
que hasta cuatro rayuelas le cabían
y hasta un tejo
de vuelo almidonado.
El agua
que tan fresca se bebía
la sacaba aquel vástago minero
que bajaba y subía.
Y una urdimbre metálica y distante
marcaba la frontera que, indecisa,
mediaba entre vecinos inmigrantes.
Un gran tazón de leche en la cocina
perdía su calor por mi demora
atenta a lo que abuela me contaba,
esa charla fecunda que yo oía
como el cuento de amor que me faltaba.
Mi abuela era la madre que escuchaba
la madre que me amaba y me entendía
y sin altos estudios recitaba
los poemas que el pueblo conocía
como el canto amarillo de una flauta
que en jaula con alambres se ofrecía.
La abuela fue mi paz, mi regocijo
y cuando fui mamá llevé a su casa
la primera visita de mi hijo
que alivió por minutos su agonía.
Después la ví muchacha entre su gente
gozando con el sol de Andalucía
desmintiendo el pecado de la muerte.
Y la veo aún y la veré por siempre
dentro de mí como madura fuente
y en el rincón de su fotografía.
© Alda Salzarulo
17 Comments:
¡Qué belleza este poema Aída! Hasta me pareció ver a tu abuela y a vos a su lado.Cada escena fue como una pintura plena de vida,en tiernos y delicados versos.¡Gracias!
Este tipo de poemas-semblanzas se sienten como un oasis dentro de la vorágine poética que nos envuelve, y de la cual somos parte. Se descansa en textos así...se recuerda, se compara, y se añora por sobre todas las cosas con una dulzura sin par en el alma.
Me hiciste caminar por la casa de tu abuela y recordar, al mismo tiempo, la imagen de la m{ia.
Alda
Realmente conmovedor tu poema, siempre digo que las abuelas nos marcan a fuego. Imágenes hermosas que me hicieron recordar a las mías.
Un abrazo
Alicia Borgogno
Gracias amigas. En realidad para mí también fue un remanso dejar fluir lo entrañable libremente.Un abrazo y gracias ustedes y a Gustavo que siempre tiene la imagen justa. Alda
Bellamente melancólico
lirismo que emociona.
Tuve una abuela maravillosa y me identifiqué mucho
desde graciela abrazo
Tu bellísima evocación me llevó hasta la imagen de mi abuela andaluza, Alda. Realmente me emocionó y disfruté, además, con la belleza del lenguaje, la serenidad de las imágenes que logras acabadamente y el ritmo quedo del poema, acorde con el mensaje que transmite.
Bravo! un abrazo
PILAR ROMANO
es en realidad un poema recordatorio que a todos nos trae recuerdos dela infancia sobre todo de la abuela que siempre aprobó nuestros desmanes y la que jamás olvidaremos
un abrazo
maria elena tolosa
Gracias a todas y un abrazo. Alda
Alda, que lindos recuerdos. Finalmente lo único que perdura de nosotros es lo que proyectamos desde el amor a quienes nos rodean...
Hermoso homenaje
Me enamoré; de la casa de la abuela, del poema y de las manos entrelazadas. También digo que me inundé de ternura y que mando un suave abrazo.
Betty
Alda
tu poema parece una canción, por su ritmo suave y melodioso y por el recuerdo bello de una abuela que nos evoca a la que tuvimos cada uno en nuestra infancia. Gracias por compartir este pedacito de vida tuya que es como vivirla un poco a trvés de tus recuerdos. Eduardo Chaves
Qué bueno que existan las abuelas!!! Y las poetas que pueden escribirlas así, tan universales, tan compartidas, tan la abuela mía, la de mis hijas, la que intento ser...
No pude conocer a mis abuelas, ambas fallecieron antes de que yo naciera, pero leyendo tu poema las imagino y la nostalgia de lo que no tuve se me hace presente.
¡Hermoso!
Horacio Gómez
Muy bella evocación, Alda.
No dejo de conmobverme y admirarte cada vez que te leo.
Un beso grande
María Rosa León
PD: siempre quise preguntarte: ¿Conocés a Nora Guillaume y a su papá? ¿Y a Horacio de la Cámara? Todos de Junín
Ay! Me han conmovido con tan hermosos comentarios. Muchas gracias. Los abrazo a todos. Alda
Cara Alda,
he disfrutado mucho con la lectura de este poema, conmovedor, pleno de nostalgia y ternura, que deja huella en el alma. Te felicito.
un gran abrazo
Elisa Dejistani
Dios! Cuánto bien me hace leer estos hermosos comentarios. Gracias, gracias a todos y creo que en algún rinconcito mi abuela también les agradece, porque siempre me apoyó.
María Rosa, sí conocí al enorme poeta que fue Horacio de la Cámara a quien creo que Junín no entendió.
También conozco a mi amiga Nora.
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