Poema de David Rosales
HIJO DE HOMBRE
nada puedes decir, o adivinar, ya que sólo conoces
un montón de imágenes rotas…
T. S. Eliot
Acércate al viento
mientras respire el fuego.
............................ Ven, arroja
tus alas, que la cuenta de los días
deviene, que la piel reclama otros
huesos y los muertos otros cogotes
donde gritar su dolor.
Es época de horadar la tierra,
sembrar nuevas vísceras, cosechar
los granos de sal.
También es el tiempo
de crujir y roer de dientes. Basta
descifrar la señal en la estela.
Hijo de hombre,
navega por la noche,
en busca del barro para erigir
caminos de retorno a tu vientre,
a la luz primigenia, al silencio
errante de los muertos.
................................ No existe
Dios que revierta el saberte vivo.
Nadie que te vista con los andrajos
de la sangre, del hálito, del polvo.
© David Rosales