31.10.06

Carta de Fany Jareton


Querido mío, cuando nos separamos te dije que te escribiría y que te hablaría del clima, aquí hace mucho frío desde el momento en que te fuiste, el universo se ha compactado y temo por un futuro big-bang, después de la oscuridad de mis días me arrimaste la luz de una manera milagrosa, camino como una loba enjaulada por las calles de cementera humanidad y saben a tus ojos, a esa ausencia que he inventado, no tengo excusa para llorar aunque he de confesarte que no puedo con los abandonos, me acostumbraste a tu instantánea presencia revolucionaria que todo lo puede y a la vez…nada puede. Cambios y rutinas, al fin y al cabo dos costumbres de una misma ignorancia, debemos terminar o mejor dicho comenzar por las eternas preguntas Platónicas, quién soy, de dónde vengo a dónde voy, aunque las preguntas sean dirigidas para vos, mi entrañable nómada, trashumante de destinos. Ahora huele a lluvia, me mojo en el recuerdo, quiero contarte el efecto sonoro que acusaban tus delicadas palabras en mis oídos, eran como un canto de pájaros frente a la fuente que reza, como una cósmica sensación donde todo se descubre, donde los miedos no existen, por un momento, tan sólo por un momento; decía que no tengo excusas para llorar, ni siquiera una razón pactada para exigir tu regreso, al menos me detengo en la fuerza y pureza de la palabra y sueño con llegarte, que sepas más de mi universo, de este planteo de horas donde el tiempo está detenido.Me he perdido en tu sana mirada varias veces preguntándome a solas quién eras y por qué y con qué insistencia te cruzaste en mi destino, tal vez tu universo tenga partes de mis formas y por eso la algarabía que danza por la mueca de alegría que mi boca remeda. Hubo un contacto: un estrechar de manos, quería expresar entonces mis buenos deseos: que estuvieras en equilibrio, aunque intuyo que lo estás, pero que pudieras estabilizarte en lo que tu corazón ansíe, de último es mejor terminar pensando con el corazón, esto nos ayuda en el sueño, cierro los ojos e inmovilizo tu imagen y veo como el tiempo no pasa, me vuelven a sorprender tus ojos que todo lo dicen yque transmiten esa eterna magia de paz amorosa, también empuja el hombre, seguro de cada paso donde avanza. La noche viene llegando yquiere llevarme, pienso en vos, en tu música, en la última hoja donde detuviste la lectura, en el plato que te deleitó el paladar por este día, en los placeres que te entretienen; pienso en mí y me descubro una soñadora impostergable, presa de mi propia libertad. Tefuiste Y pensé hasta dónde y si hasta siempre, te fuiste y la casa ahueca su corazón y cambia de color ante tu partida, quisiera que fuera rojo pero es de un azul inconmensurable como este nuestro único universo que nos rodea; esperando tu sensación traducida a palabras, las que dicta la noche que veladas como ella, titilan ante el pulso que ejecuta mi letra quedo, sensiblemente, Fanny.

© Fany Jaretón

Poema de Rolando Revagliatti



Un día me vio


Un día me vio
yo siempre había estado ahí
claro que
no para ella

Un día ella vio
........ por fin
que yo ya estaba

para ella.

©Rolando Revagliatti

Poema de Carlos Carbone


HACER FUEGO


Hacer fuego hasta que todo arda.

Las grandes desgracias ardan
Las manos de los asesinos ardan
Los ojos de los que espían tras la puerta ardan
Las rejas que tienen preso al viento ardan.

Hacer fuego hasta que todo arda.

Los poetas oficiales ardan
Las mujeres que dicen que no ardan
Los que esconden las botellas ardan
Los que cazan pájaros y canciones ardan.

Hacer fuego hasta que todo arda.

Los que rezan con los bolsillos ardan
Los que no tienen memoria ardan
Los que cierran las ventanas ardan
Los que escriben la historia de los que ganan ardan.

Hacer fuego con ellos y después
………………………….. jugar
con las cenizas.

© Carlos carbone

Poema de Roxana Palacios


Demasiado ruido en este cuarto,
no sirve de nada prestar atención a mis manos bajo el agua tibia,
ni a los barcos que rozan la persiana, llenos de cables y gorriones en esta
época del año,
ni a la columna de humo entre los labios y hasta los pulmones,
tan inofensivo ahora que lo he tragado.

Alguien, desde otra habitación, me llama a mis deberes.
Alguien escuchará mis pasos y mi voz.

Puede ser un niño, puede ser un hombre.

Lo cierto es que seco mis manos, devuelvo el humo al aire, contesto.
Camino en dirección a los mismos escalones que usaba mi madre, lenta y grave, para
responder algún llamado.

Conozco estos objetos pero no voy a describirlos,
he decidido ser lenta y grave,
nada de signos que perturben a los positivos.

No voy a romper ningún continuo, no voy a tejer ni destejer ninguna trama,
he decidido transitar los escalones de mi madre, hoy, y tragar esta textura de columna
para enjabonarme en el cuerpo,
mañana,
quizás con menos ruido,
un poema.


© Roxana Palacios

Prosa de Mónica Melo


EL POETA

Enhebro el miedo debajo de mi lengua. Invento una luna. De Dios un alacrán, el grito desbocado, la palabra que huye. Memoria que raspa sin estar dormida. El pentáculo, la almohada, el estallido de la nuca. Quemo la sombra. Está alándose una orfandad de guerra. Predigo la llave, el agua hacia abajo, la boca en el olor del fuego.
….Sólo allá arriba son tres.
….Abajo, palabras en la inquietud del cuerpo.
….Abajo, la cintura fresca de la muerte.

© Mónica Melo
De “Versión de la Noche”

Poema de Raúl Pignolino


Lo que no dije

Lo que no dije,
ese viejo silencio
con el que suelo postergar la vida;
la incierta cobardía
que mantiene mis pájaros atados.

Los minutos llorados detrás del miedo.

Lo que no dije
debí haberlo callado
tan prudentemente
que las palabras ya me abandonaron.

©Raúl Pignolino
De “Los Desamados”

Prosa de Yadi María Henao


15

La ya no niña corre lejos de la madre. Abraza el vestido negro de la inocencia. Cruza el sagrado corazón de la noche y se va pero se queda junto a la madre. Muy, muy cerca de la tristeza. Tan próxima a la madre con la mano en la cintura. Sin dejar de mirar mirando.
Mirar es atravesar el país de lo triste. Dorarse en el horno de los días. Masticar el dolor que sufre solamente.
Mirar es el sur de una pena.
Mirar sin mirar es como mejor se ve.


© Yadi María Henao
De “Biografía de los caballos tristes”

Poema de Martín Andrade


LIED

Detenido en el aire
de una región nocturna
un canto triste arde.

De insoportable ausencia
el canto se alimenta,
su melodía florece.

Tanto dolor duele tanto
que las piedras tiemblan
y el luto abre sus alas.

Herido en su inocencia
se interrumpe ese canto,
agoniza un instante, muere.

© Martín Andrade
De “Eterna”

29.10.06

Poema de Graciela Zolezzi Faure



El rocío y la flor

Tu rocío baña el pimpollo
cerrado
……. nuevo
…………sin olor
presiente y espera el sol
mientras tanto
…………. penetran esas gotas de rocío
se deslizan entre los pétalos
……………………….. aun prietos
insisten cristalinos
iridiscentes sobre la corola
sedienta de amor
ella se suaviza al calor
lentamente se abre a la pasión
y resplandece entonces
toda perfume
………….. belleza
………………… alegría
………………………. color.


© Graciela Zolezzi Faure

Poema de Viviana Álvarez


...Bosque negro entre altares

.....profanos

..........los elfos acarician las arpas

..................... y un duende conjura espíritus

..una gota invade aquel cuarzo alegórico

....mientras el atardecer vomita mechones rojos

atormentás tu mente

.......... a la sombra del lobo

...............que pariste en sueños,

........................o buscás en diarios amarillos

.............................la luz violeta que viste hace un rato

.......entre la procesión absurda

..........de la muerte.

© Viviana Álvarez

Poema de Ramón de Almagro


Jazmines en Buenos Aires

Es Noviembre y los jazmines
han llegado a Buenos Aires,
con un aroma dulzón
van invadiendo las calles.
En cada esquina hay un niño
que los vende porque sabe
que toda mujer espera,
que todo hombre regala,
y es con muy pocas monedas,
como se alegran las almas.

Hoy los chicos de la calle
ya no mendigan, trabajan
con ramitos de ilusión
llevan pan para la casa
y unos bolsillos alegres
donde las monedas cantan.

Con el aroma dulzón
se va embriagando la tarde
y en cada mesa tendida
un vaso con flores blancas
nos dice que nadie olvida,
que hay un regalo en el aire,
que es Noviembre y los jazmines
ya perfuman Buenos Aires.

© Ramón de Almagro

Poema de Alfredo Palacio


ENTRE MIS HUESOS

y tanto desorden

……………….. una plegaria oscura.

Porcelana hundida

……………….. como tus ojos.

Caída sin fin

cerradura sin sentido.

Otra noche entreabierta

escasa alabanza.

……………………. La nada

………………………… y su doble.

© Alfredo Palacio

Poema de Aldo Novelli


Grandezas de la magia

Eso de decir ABRACADABRA
y que aparezcan cientos de conejos
de una galera negra
o que baje el puente levadizo
que lleva al castillo,
es indudablemente para grandes magos.

Para mí, un simple iniciado
me basta con girar el picaporte de mi casa
y lograr sorprender a sus habitantes.


© Aldo Novelli

27.10.06

Poema de Shirley Villalba


PENUMBRA HEMBRA

Penumbra Hembra
de aire y piedra
luz primera
que suena su inocencia
en el ton-tonde una caverna
y se hace vigilia
en el sol
cuando no despierta.

Penumbra Hembra
de flor y tierra
hebra de la noche
que sopla su tristeza
desde el regazo
de una soledad confesa
adobada en rezos y conjuros
de luna llena.

Penumbra Hembra
de fuego y fiera
furia de hojas secas
ahogadas en su esencia
latido que nace
del grito amanecido
de una hoguera
y se descubre ceniza
en el verdor
de tan añosa vena.

Penumbra Hembra
de agua y niebla
escarcha vieja
que sangra su mirada
el ocaso de una quimera
y va despacio
hacia el encuentro
ser quien era.

© Shirley Villalba
De “Penumbra Hembra”

Poema de Marcos Silber


Antes de,
cuando no eras sino mi deseo,
el sueño remoto de una cercanía
demasiado preciosa, casi imposible,
entre despertar o no
no cabía mucha duda.
Ahora, contigo, morirme,
sea cuando fuere,
resultaría un desatino siempre prematuro.

© Marcos Silber
De "Boca a Boca... Cuaderno del Resucitado"

Poema de Marizel Estonllo


Elementos

Tres.
Cuatro que lo contiene.
Y entre ellos
lo corpóreo y denso que alberga

una textura de la dramaturgia
.......................en el ademán del intento.

© Marizel Estonllo
De "Estocada"

Poema de Alicia Grinbank



Manda el cuerpo ahora.
Escucho el calor que sube por mi cuello
mientras todo tirita afuera.
Escucho el irritable corazón que ya no se contenta.

Y así voy
despidiendo lo ausente
al encuentro del escaso aire profundo.


© Alicia Grinbank
De "Noche cerrada"

Poema de Michou Pourtalé


Signo de interrogación mi cabeza
cuelga desde un trapecio
raíces los cabellos manojo
que la tierra traga. Cisne
del revés veo el infinito cielo
trasplantado.

© Michou Pourtalé
De "Damero para un cuerpo"

26.10.06

Poema de Rubén Balseiro


IV


Mirar desde un lugar hacia delante
para encontrar el sueño a nuestra espalda.

¿Será que lo perdido es lo buscado?
¿Será que lo buscado es inhallable?
¿O será simplemente,
que habremos de perder lo que encontramos
para justificar todas las búsquedas?


© Rubén Balseiro

Poema de Yolí Fidanza


Fragmentos de un Discurso amoroso

VIII

Historia de amor.
nace crece regala
goce sufrimiento
dioses y monstruos
y la amenaza
de alguna herida
acoso desengaño
que sin consuelo
ni remedio ni cura
señala el fin
de la mortal ventura.


© Yolí Fidanza

Poema de María Cristina Azcona


Oración del Cartonero

Señor que sin desprecio me miraste
El día que encontré una cruz de acero,
A Ti no te repugna un cartonero
Si hasta a los pecadores Tú salvaste.

Jesús, te juraría que me hablaste
Y no me digas que no soy sincero.
De mi pobreza nunca te burlaste.
Sólo dijiste bajo “Yo te quiero”.

Que a tu Santa María Madre quiero
Que le encargues para mí un recado.
Que si de pronto sin querer me muero

Después de por ahí... haber pecado,
En la gran puerta del infierno, espero...
Que nunca te separes de mi lado.



© María Cristina Azcona

Poema de Graciela Pucci



ESQUIRLAS EN LA NOCHE

Salgo a la oscuridad.

Lágrimas no paridas oprimen los párpados.
El vino de la nostalgia me embriaga
y un sueño oxidado anida en el alma.

Abrigo mi existencia con recuerdos
que no conocen de amores compartidos.
Mi rostrode amanecer sin sol evidencia la pérdida

Ilusiones sin nombre
dicen del dolor que me habita
e invento manos andando por mi cuerpo sin cuerpo,
detengo el mar embravecido de la pielexilada en el olvido
..........y languidezco
.......................como un lirio en la oquedad del destino


En la oscuridad
siluetas de papel mojado roen mi alma
un incesante devenir de dolor colma mi desdicha
................................y oscilo
-soy apenas mujer por no animarme a ser hembra-

Bohemias de sensaciones
se revelan como fotografías en sepia
-me envuelven-

..........Caminan los ojos hacia el azul
..........atando recuerdos que osan escapar
................................................y corro
..........Desafiando la noche
................me sumerjo en sábanas alquiladas
..........junto a ese cuerpo prestado
...............que hace estallar mi vientre,
.........las esquirlas del amor no compartido
.........aniquilan los sueños y regreso.
......................Regreso sin mí.

..........Se desoprimen los párpados,
..........odio mi llanto, odio mi amor.

............Entro a la oscuridad de la vida
................. que es mi muerte.


© Graciela Pucci
De “Cuarto de espejos”

Poema de Silvia Mazar


Ya no
la luz se ha calmado y el viento
no se dibuja en la ventana

Ya no se ve sin un cristal que ampare
no hay libertad para recordar
el estremecimiento
como un guijarro cruel en el zapato

¿y el deseo, quién se atreve con él?
con el deseo, que todo lo perfuma

© Silvia Mazar

25.10.06

Poema de Edna Pozzi



Como si alguien hubiera vivido allí demasiado tiempo
el hombre bosteza entre paredes viejas y candelabros rotos
Preferiría tomar un plato de sopa debajo de un puente
con los mendigos y los charlatanes de feria
antes de vagar por esa casa de muertos secos
y de antiguas muchachas abandonadas por sus novios
Nadie se ha ido del todo y en ese lazo pegajoso
hasta el dolor resigna sus uñas más filosas
El hombre sabe que está solo, esperando inútilmente
que yo vuelva para decirle que todo ha terminado
Entonces quemará las esperanzas en el hogar de mármol
como si fueran pajaritas de papel
y cerrará la casa para siempre.


© Edna Pozzi

Poema de Ricardo Rubio


REFLEJO DE FONDO

El modo de decir, entre otros miedos,
llena de dólmenes la casa;
el diálogo se inquieta entre migas,
patios y biseles.

Algunas veces,
cuando el sol entra en el aljibe
esta cara,
derivada o sola,
se agranda en la caída.

© Ricardo Rubio

Poema de Nilda Barba




un ramo de piel
junto al tazón
el desayuno del domingo
en la casa
no reconoce
el perfume de la rosa
ni la silueta
habría servido cualquier señal
al mutismo
de las cantilenas
para extirpar los pellejos
y aniquilar
el perlado del bisturí
hendido en su mañana

© Nilda Barba

Poema de Raquel Luisa Teppich


MI LÁPIZ AZUL


Mi lápiz azul,
Como un cielo diáfano.
Va delineando mi rumbo,
Mis instantes
Y
Mi gran apego.


Contigo dibujo tu mirada,
Bellos ojos de color del tiempo,
T u expresión
Y
Tus labios llenos de miel...


Retrocedo a un pasado de glamour
Y
Me avanza un futuro vano .


De sus trazos explosiona
Mi fallada pasión,
Ojos broncos y sin lágrimas,
En búsqueda de
Otra nueva estación .
Juntos tú y yo !!!


© RAQUEL LUISA TEPPICH

Poema de César Vásquez López



"GOTAS DE ALQUIMIA"
(El nuevo Adán y Eva)

Mis rotas alas sacudo

e ingrávido desciendo
al vértigo de mi mismo

Espíritu y fuego:
caos y creación.
Alada musa:

en silencio te invoco...
Yo:
errabundo sembrador.

En onírico vuelo
te revelas:
iluminada y ancestral.

Como simientes del Padre...
Somos desde el Principio:
peregrinos ángeles.

Inmortales almas:
como Eva y Adán.

Del mítico Paraíso:
a la cruz del Madero.

Cual mística águila...
La Serpiente del Edén
entre mis garras:

Del milenario Arbol:
la sabiduría de la Víbora.
Los enigmas:
del mal y del bien.

Al terruño del Mesías

ungidos los dos.
¡Ah!..
Herederos hijos
del barro y el dolor.

Al unísono de ti arranco:
el gemido más hondo,
el temblor más fecundo.

Como celestial diluvio...
Nuestra sangre:
en ardorosa creación.

Yo:
el tronco y el pájaro.

La libido que emerge:
del fondo de tu ser.
La semilla que te nutre,
el relámpago que te enciende.

Tú: la remecida rama.
Madre tierra
tu pasión tejes:
en las llamas de mi alas.

Soy
lengua de fuego.
Tu:
miel de ancestrales senos.

Somos...
En el fulgor de la carne:
como el alma y la costilla,
la savia y el torrente.

Como gotas de alquimia...
Un huevo de águila
entre tus piernas estalla.

Vertida
la libido en tus entrañas
a luz das:
el apocalíptico pájaro de fuego.

Aleluya!
Somos las tablas nuevas:
la pluma, la escritura, el sol.

Cesar Vásquez López
De "Canto de Transformación"

22.10.06

Poema de Ramón Fanelli


Moriré al sol

Cuando muera la noche
moriré con ella,
dejaré que el día le robe color
iré a ocultarme
como un creyente.
Cuando llore la noche
lloraré con ella
se verán fantasmas
mis ojos blancos,
su sombra
de espalda al sol.

© Ramón Fanelli
De “Tocador de realidades”

Poema de Norma Fumero



la magia ha pactado con el fuego
a riesgo de la sombra

enigma abierto la sombra


mi corazón cerca su centro
el centro de la noche
esmeralda
fría lucidez navega
sin puerto
sin escudo

dulce padecimiento de luz bajo la lluvia

que la lluvia
no podrá extinguir



© Norma Fumero
De “páramo y tormenta”

Poema de Amalia Pérez



Siempre Palestina


Quiero escribir sobre la muerte y describo buenos aires
quiero escribir sobre buenos aires y sigo pensando en la muerte
veo en la televisión un bebé descoyuntado como pollo en el desangradero
no los de cargill vacunados para nuestro buen vivir
son brazos oscilando como cogotes boca abajo
sangre desprolija y seca sobre su cara de niño palestino
y no siento nada
hurgo en mi cabeza por el sitio del dolor
o la región de la tristeza
solo laberintos de la memoria como cuadros de acrílico
en los muros de mi buenos aires
bellos como el arte de los desechos
impúdicos como la tierra lastimada

mi mano penetra la imagen
y la imagen asalta las calles de buenos aires
una ola de ruido como ferreterías a la deriva
me deja seca
aquellos niños cuelgan en las carnicerías
con sus labios hinchados y las moscas dando vueltas
detrás de las vidrieras

que hago con ellos?
guardo sus imágenes en el sitio del desencanto

pero con sus olores y sus zapatos
que hago?
que hago con sus cosas de jugar?
con mi acostumbramiento al morir de esos críos

mi ciudad debería llorar con un llanto desencajado
olvidar que día es
arrodillarse y llorar mirando al este
gritar el nombre de los asesinos hasta que nadie duerma
cubrir los televisores con crespones
los kioscos y las vidrieras con paños violetas como en cuaresma
y seguir llorando


buenos aires está fría
es mi corazón


© Amalia Pérez

Prosa De Ana Cecilia Del Río


Todo ha muerto...


Todo ha muerto. La casa de la esquina; aquel poste arqueado que enarbola su tristeza sobre la humanidad del muro; la mesa de roble descansando en el altillo; el asombro de tus ojos...
Afuera, la blancura de las bolsas desperezan sus cuerpos multiformes como un presagio de antiguas calaveras, mientras esa soledad latente de las calles se pierde junto a las letras de tu nombre. Todo muere bajo un coro de nubes que augura la tormenta; del ciclista pálido que pedalea por inercia; de tu pulcro vestido de domingo o la inocencia de unos pies descalzos.
Ahora todo se ha convertido en un cíclico otoño; las pisadas grises de los transeúntes; los tilos gimiendo en las aceras; el respaldo tieso de alguna silla hamaca.
Muere la mañana abrazada a los canteros como un preámbulo hacia el olvido de tu risa; la frescura de la hierba albergando esos te quiero postergados; cualquier atisbo de hermosura dentro de esta espiral del tiempo...


©Ana Cecilia Del Río.

Poema de Anamaría Mayol



NO ME OLVIDO DEL VUELO


He quebrado las máscaras
he transitado
sobre mis propias muertes

Me he visto trasmutando
de gaviota a paloma
de halcón a águila

He comido mis vísceras
regresado en mujer

Me encuentro parada
en mis dos piernas
transito
el último tramo del camino

aún guardo las alas
en los rincones

No me olvido del vuelo.



© Anamaría Mayol
Foto: Gustavo Tisocco

19.10.06

Poema de Maria Judith Molinari


A JORGE LUIS BORGES

En letras de su nombre lo recuerdo;
con números las letras de su mundo.
Comprendo integramente.Es más profundo
el criollo atardecer.Ahora concuerdo.

Por las mismas razones no lo pierdo
ni malgasto este suelo.Lo circundo.
Tampoco es arbitrario este segundo
casi idéntico a mi en el acuerdo.

El placer estudioso de mis días
aquerencia el lugar de sus poesías
que se han vuelto inmortales esta tarde.

El símbolo de un tiempo está sellado
y,aquí, en la biblioteca consagrado.
Imposible olvidarlo.Soy cobarde.


© Maria Judith Molinari

Poema de Gabriela Delgado


Amanece


Destiñe el día sus sueños

en gamas de hielo y fuego.

Corre con pereza

el velo de la aurora.

Sin prisa.



Siembra arena en la playa.

Espuma en las olas.

Luz en los espejos.

Se mira.

Desde lo alto de un faro.

Se reconoce nuevo.


Mira su paisaje.

Desde la gaviota que acaricia su vuelo.

Y cierra sus ojos.

hasta que regrese la magia.


© Gabriela Delgado
De “AguaLuna”

Poema de Alberto Peyrano




MUSEO DE CIENCIAS NATURALES

Huesos.
Sobre ellos, el polvo de los años.
Calaveras de tigres,
dientes de dinosaurios, molares de delfín.
Por dentro,
un viejo tiempo ido que no aparece más.
Por fuera,
las miradas vacías de la modernidad.
Fósiles,
mariposas de piedra,
abejas de pedernal,
panaderos hechos cuarzo y cristal.
Sobre ellos, la mirada insistente
de la ciencia fugaz.
Por fuera,
una añoranza eterna por volver a volar.
Momias
de indios y orientales,
de no importa qué más,
sólo restos vendados
que el paso de los años
no ha podido matar.
Por fuera,
el deambular de almas
de un futuro procaz.
Por dentro,
una lágrima sorda
que sólo pide paz.


© Alberto Peyrano

Poema de Mary Acosta




PUNTO SOMBRIO


Mente. Belleza compleja y desafiante
en permanente adopción
de un cuerpo.
Nativos del pensamiento
se ahuecan asustados por el contorno
de mis ojos.
Situación limite. Llegó el punto cero
y vació mis recuerdos.
Poco a poco el frío intenso
y desalineado del miedo gira en el espacio,
y me introduce hacia la minúscula célula agrietada.
Siluetas expectantes y enigmáticas,
me esperan,
me envuelven entre sombras y lágrimas rosadas.
Tapo con mis manos
una luna ausente,
quebrando los muros de mi cordura,
mientras mis pies descalzos y sangrantes
ascienden como alfombra roja en el aire,
hacía la majestuosa atmósfera
de la locura.



© MARY ACOSTA

Poema de Jorge Cambiaso


TRIBUTO

Las palomas de la plaza
cobijan por las noches
fríos remolinos.

Escuderos del aire
se debaten sin remedio
contra los dioses del desamparo.

Naufragan a hurtadillas
al pie de las estatuas
ignoradas celebrantes del olvido.


© Jorge Cambiaso
De “Avatares”

18.10.06

Poema de Roberto Glorioso



Un dios para esta tarde
.................................... de domingo.

Para que su aliento a soledad
desmantele grúas
....................... de silencio.



©Roberto Glorioso
De "Astillas"

Poema de Hernán Tenorio



Principio


El silencio del principio
está siempre en nosotros.
Yo quiero tocar esa esencia
desde mi esencia
o desde el oscuro caos
que sugiere el universo.

La materia, como nombre,
no significa nada;
las cosas son cosas igual
y uno puede decir:

“La noche muere”
o

“Muere la noche”
o

“Noche la muere”
o

“La muere noche”

o (con una metáfora)

“La luna asesina”
o

“Luna la asesina”
o

“Asesina la luna”,

etc.

Quisiera decir otras palabras:
las que nadie ha dicho,
las mías,
las que surgen como caídas de la tierra.

He pensado mucho
y ya no quiero pensar,
sino más bien decir:
“Naftalina”
de cuerpo erguido
sobre el remanso tibio de un otoño.

No, no, no...
La paciencia ha surgido del miedo
al “Virrey Arredondo”,
de la melancolía de estar de pie
sobre el cráter empedernido en vicio.

Noche que no descansas,
descálzate ante mí
como pájaros que iluminan el firmamento inoportuno,
en insípido de las nomenclaturas:
deícticos engranajes lógicos
que llenan las mañanas de compromisos.

Mis ojos no pueden ver otra cosa más que...
estructuras por llenar:
una manzana en la cabeza
que suturo en una flecha mal nacida.

¡Qué manjar!, ¡Qué manjar!
Es la existencia toda,
la que invade el paladar
de una repugnancia atroz
que hay que remplazar por
sonidos y conceptos establecidos para esa función.

Propongo una sustancia sin formas,
propongo significantes:
ya sin conceptos,
ya sin sonidos.
Y no me siento culpable,
sólo pienso que las cosas se pierden para invadirme.


© Hernán Tenorio

Prosa de Verónica Petek




De la incertidumbre y otras cosas

Camina el silencio dormido de mis pasos,
vaga entre la sobra del vaso y la soberbia del que se llamaba vino.
Aspereza esa, de la boca sin producir saliva.
Sonambulismo ese, de los ojos fijos, muertos en el piso.

Distorsión recurrente de la imaginación en la noche alterada
Tú tienes la culpa soledad!
Tú que no me dejas, que no te escapas, que no saltas al vacío y te quedas ahí mirando fijo detrás de la cortina.

Tres vueltas tiene la cadena que me adorna
Dos cierres, una llave y la canción que aflora de los labios secos.

Busco en la oscuridad de un estante el frasco de cordura matutino que debilita este síntoma de valentía que ahora llevo dentro


© Veronica Petek

Poema de Ramón Rojas Morel


TE NOMBRO AMOR



Un poema...
una canción
y los momentos
que fueron sucediéndose...
Y el Amor
cuándo no, el Amor
enredando sueños,
suspirando ilusiones
y amalgamando sensaciones...
...Nombrar al Amor
es nombrarte,
inevitablemente,
felizmente...


© Ramón Rojas Morel

Poema de María Victoria Dentice



CIEN MANERAS DE DECIR LO SIENTO

Lágrimas del color
de una lejanía,
Los niños vendados
Invocan mi nombre.
Debajo del alma
la noche es blanca
la noche es cierta
y bebe mi estrella.
Quizá es nada en la noche
Y yo soy nada
Y el cuerpo y la luz
Y esta música que me abandona,
Ante la medianoche que tantas veces fue nada.
Quizá todos fuimos nada a veces.
Quedaba un cielo para devorar y morir.

©María Victoria Dentice
De “Los años vendados”

17.10.06

Poema de Diana Poblet





Amé rica Amé pobre



Susurra en el tiempo
ingresa con insistencia de niño
comienza sus contracciones
interrumpe mi sueño alucinación y grito
para cobijarme en selva y amazonas.
América,
cómo dueles en la india que llevo adentro
y agazapada resiste tus dolores de parto
balbucea idiomas extraños
quiebra lanzas con el futuro
cuentan que mis abuelos llegaron de otras tierras
de vetustos mausoleos
apenas pude verlos ellos y yo
estábamos aquí
de pie sobre esta tierra bendita
cuya raíz cuadrada es la ignominia a la enésima
los andrajos
las manos callosas
la esperanza que mortifica rodillas ante dioses importados
que conceden riqueza de intemperie
esa Historia que alambró campos con tablas de dividir
mientras a los palos aprendemos las de multiplicar
resistiendo
con terquedad en la memoria.

Para elevarnos desnudos desde el grito
¡devuelvan América!
la indómita
la que carga sus hijos en la espalda
devuelvan América
la íntegra
que desconoce Nortes
América
la del Sur
con cruz hasta en sus estrellas
verde blanca selva cordillera
devuelvan América
es hora de todos los partos
mi lanza está rota
y mi palabra
entera.


© diana poblet

Prosa de Fernando Sánchez Zinny


Relato de la llovizna

Camino convencido de lo imposible y lo nefasto. Saben que nunca me engañé demasiado, ni compré ilusiones ni aguardé recompensas alegres o imposturas confiadas: a lo sumo, a veces acepté la simulación ajena como somnífero para aplacar el estado de conciencia, complacencia con que me ayudaron no pocos amigos.
Pero el desvelo vuelve como fervor del tiempo que deshoja ramas y argucias, hasta que un día concluye dejándonos solos, frente a turbias decisiones, a insaciables soledades. Eso hace el tiempo pero, en fin: no tiene importancia; es el castigo indicado y se lo admite sin queja, pese a ignorar cuál es la culpa.
Pensaba en esto al hacer cuadras y más cuadras bajo la llovizna: las culpas –de haberlas– deben ser de mis padres, presunción que anonada, pues nadie soy, en ese caso, para formular reproches. Además de ser cierta: los pecados de los padres los pagan los hijos hasta la tercera y la cuarta generación.
El resto son sombras y es inútil describirlas, pues no se distinguen del trasfondo, de la llovizna incesante, de lo que hablo conmigo, de lo que los demás hablan… Los amigos, tan a menudo, siempre limitados por el temor que se rehúsa a las palabras explícitas, de modo que hablan como si no lo hicieran, como si callasen ante un misterio sagrado.
Ella, en cambio, no habla. Ensimismada se aleja; sin pausa se aleja, como si un dios la llamase,
Tampoco yo atino a dar explicación alguna. Las cosas son así. Y un día no serán más. Aunque la misma llovizna se prolongue hasta entonces, y más allá.


© Fernando Sánchez Zinny

Poema de Mariano Shifman


CULTIVA SILESIUS

La piel del absoluto es dura cáscara
mis dedos cuentan las heridas

en la rosa del dolor
no hay lugar para otros pétalos.

Mis yemas han sentido los rigores
de las arduas espinas
del sin porqué.


© Mariano Shifman

Poema de Patricia Diaz Bialet





UN SARCÓFAGO DE PENA


yo no vi en el bombardeo la postura del guiño
la luciérnaga el brezo a medianoche
el pastizal la mesa de caoba


yo no vi en el bombardeo los festones de seda
la peineta oriental la marca del cigarrillo
no vi la brasa devorando a su familia
la escuela la derrota del mapa hecho trizas
el corazón diseminado ofreciéndose al gusto de los comensales

no vi la aguja nuclear en el lóbulo del ojo
no vi la fosa nasal en donde cabe ahora un paraíso


no vi porque no hay ojos
ni bizcas antiparras

no vi porque no hay huecos
ni lámpara en betún de madre

no vi porque no hay madre
ni leña con que zurcirle un sarcófago de pena


© Patricia Diaz Bialet
DE “Soy Dos y Una Se Anticipa”

Poema de Guadalupe Wernicke


Rosa

el recién nacido se resbala de la mujer que duerme poco
cae de sus manos para volverse ausencia
para convertirse en carne blanda
ella aguarda la respuesta con la transpiración de la fiebre
por qué el término
por qué el estómago hinchado
los sueños tienen lenguaje de sueños

y persisten los olvidos
ahora es una valija la que desaparece
dejó su ropa, se dejó en otro lado

el aún no nacido de una amiga se resbala de la mujer que duerme poco
la pesadilla tiene gusto a rivotril
a separaciones que abundan
ya no se puede extraer lo que queda
tendrá que menstruarlo
devolverlo al algodón

qué nos dicen las condensaciones
de un descanso: si desplacé, si proyecto
hay que ver
es un lugar inevitable el de la cama
alcantarilla del día

la mujer quiere permanecer despierta
así se evade y controla
las agujas siguen sangrando
lo que nunca podría haber sido

© Guadalupe Wernicke

Poema de Paolo Astorga



CANCIÓN DE CEMENTO



Miramos a los perros

a los gatos
y entonces sus sombras
nos llevan a las esquinas
y sólo una adelgazada nube de humo blanco
nos contenta.
La felicidad, me dicen que existe

si miras por las discotecas
detrás de
dos jóvenes
dopados y apunto de vomitar.
La ciudad es un imán

y cada poste de luz una tétrica mentira.
Mis ojos palidecen y se enredan a una

sorda cicatriz que se vuelve a abrir lentamente
rasgando la tierra violenta que bebemos
mientras fugaces estómagos curvos
giran alrededor de filudas aves urbanas y con cuerno.
Estoy con la cara roja

y mirando todo como un triste objeto
mientras mi corazón es degradado
por las últimas luces de neón reflejadas hacia la luna
que siempre estalla en el olvido.

© Paolo Astorga

15.10.06

Poema de Beatriz Schaefer Peña




EL ARQUERO

Lentamente estiraba el arco
…..buscando la curvatura exacta
para ajustar la flecha
………………………a su destino
………Yo era el blanco.
…………………Yo fui el blanco
antes de que el zumbido
…………….cruzara aquel espacio.



© Beatriz Schaefer Peña
De “En la alta noche”