30.8.06
29.8.06
Poema de Gabriela Delgado
Lúdica
De estaño el cielo, madurando lluvia,
el viento del mar enmudecido de enojo.
Tengo el alma mojada y fugitiva.
Más sonámbula que terrena,
sin lastres, viajera. Pincelada de sueños.
No hay gris que la amedrente
ni distancia que la detenga.
Las gotas de lluvia ya imprimen,
sobre la arena, su cadencia.
Yo persisto en mi vuelo de soles,
en la ausencia ancestral de conciencia.
Lúdica, flameo en mi propio cielo
hacia mi definitiva historia.
© Gabriela Delgado
22.8.06
Poema de Patricia Díaz Bialet
AGUALAVA
Agualava cae de mi sexo.
Aguafuerte de químicos poderes.
Agua de prisión desmedida.
Agua de pequeña prostituta subterránea.
Agualava cae de mi sexo.
Pintado artilugio de mis labios.
Agualava aguaceite en borbotón de añeja ingle carcomida.
Agualava aguaceite de espeso puntapié en caída libre.
Agualava en queja de paracaídas.
Agualava en frotación constante.
Agualava por vos mi amor de veinte identidades.
De a sorbos te ofrezco mi agualava paraíso.
Mi edema ensanchada.
Mi rocío de muslo disgregado.
Yo te ofrezco mi dulce artimaña de gacela.
Mi amague de nudo.
El ardor de mi ojo de circo.
O el timbal de cópula en permanencia.
Gruta áspera de pico que penetra
la púrpura pluma de aire cuando gozo.
Agualava y su fluir en cauce anónimo.
Agualava y su tambor en talle de gladiolo.
De gorjeo.
De gruta acorazada.
Agualava por vos mi amor de quince abrazos.
Agualava aguapéndulo de piedra para ser fundido en franja de furia.
© Patricia Díaz Bialet
De Soy Dos y Una Se Anticipa
Poema de Beatriz Schaefer Peña
CIRCE
Emerge tu corazón
de sus cenizas,
celebrante de sombras.
Sobre el altar,
donde oficiaban la flor
y la mandrágora,
yace un resto de sonrisa
sellado por la luna.
Te persiguieron,
te dieron caza las criaturas
que transformó tu escarnio.
Beso a beso
te fue devuelto el fuego.
No quedó nada de ti.
Tal vez, ese vestigio
de hoguera perfumada.
…………Y aún estás al acecho,
…………en la última brasa.
Beatriz Schaefer Peña
De “Revelaciones y Artificios”
Poema de Jorge Boccanera
Un hombre grita en el New Park
¿quiere ver a la mujer aquella
vestida de mujer aquella?
¿quiere ver sus muslos inflamables
su regular concuspiencia?
¿conocer a sus pechos desordenando el mundo?
acérquese
ponga el ojo aquí sobre la sien
justo en el agujero de la bala.
© Jorge Boccanera
De “Noticias de una mujer cualquiera”
Poema de Yadi Henao
PEZ EN TIERRA
Dijiste o quisiste decir:
el mar no recuerda que es mar,
no conoce la humedad profunda del grito
ni el lugar en que vivimos
como en una aleta de soledad.
Dije o quise decir:
desde la noche bebo mi noche;
la mujer que hace la sombra y la calle
grita el tiempo en que un cuchillo
rasgó las escamas de la furia.
Por el río de la voz de esa mujer
una masacre navega espalda abajo.
Por los dedos de esa mujer
viaja la tarde en que amó
un nombre anclado en la garganta.
Exiliaron la vida
a la ciudad de la muerte;
el agua al pez de la sed.
Dijeron o quisieron decir:
por la boca muere el sitio en que vivió.
Por la boca mueren las cartas de amor
para el más solo,
el más querido ahogado en su recuerdo.
Yadi Henao
De "Biografía de los caballos tristes"
Poema de Paulina Vinderman
Verano de 1954
Lanzo un sombrero imaginario al aire
y vivo otro día.
Escondida en algún lugar entre el cansancio
y el dolor, está la pasión.
Cierro los ojos en la oscuridad
y muero otro día.
Está arrojando el sombrero desde una terraza:
una chica flaca, de triste curiosidad.
Enfundada en un vestido más grande que sus sueños
(y en los sueños de otros.)
Qué era lo que cantaban todos alrededor,
hay un gran marco para una letra excluyente,
qué fue lo que cantaban.
Escondida en algún lugar entre la baranda
y el vacío, está la pasión.
© Paulina Vinderman
Poema de Carlos Carbone
Dónde plantamos el rosal?
Bajo la ventana de los chicos?
En un lugar donde dé sol por las mañanas?
Contra la pared del fondo para repararlo del viento?
Le pondremos una buena guía?
Dónde plantamos el rosal?
Lo pondremos cerca del limonero para que no se sienta solo?
Abonaremos la tierra alegremente?
Haremos la ceremonia del vino para darle la bienvenida a nuestra casa?
Lo cuidaremos como a una ilusión.
Donde plantamos el rosal?
En la tierra donde nuestros hijos sean felices?
En el horizonte inalcanzable de la lluvia?
Lejos de las hormigas y los traidores?
En el corazón invencible de un amigo?
Dónde plantamos el rosal?
- te pregunto amor -
para que sea eternamente nuestro.
© Carlos carbone
Poema de Viviana Pelle
Breves instantes
Déjenme a solas con él
Quiero soñar mis sueños
Encontrarme en su palabra
Su voz su sonido
Ojos que miran como verdes mares
Surgiendo detrás de huracanes
Quietos detenidos en medio de la noche
Lloviznas caen por mis cabellos
Y sus ojos luces de neón claras
Mantienen fija su mirada en la mía.
Me habla de otras cosas
Le habla a mis ojos
Y quiere saber mi parecer.
Se ha sentado una noche junto a mí
En el escalón de mármol gris.
Los minutos cuentan los relojes
El tirano tic tac de parafrasear
Lo importante es que se acerca
Quizá me arrincona
En sus palabras.
Me mira de lejos y me busca
En su mirada.
Es tan breve el tiempo
El tiempo de la libertad
Burocracia de relojes sin sol.
Los instantes son breves
pero bastan.
© Viviana F. Pelle
20.8.06
Poema de María Elena Rocchio
Himno circular
Siento la espalda huyendo en el vértigo.
Es tu cara, es la sonrisa del placer,
un himno circular que nos bautiza.
Enamorarse es la humedad del vidrio
dibujando en el lecho tu boca entreabierta;
esquina de Cortázar, con el tapado blanco
………………………./del otro cielo.
Deseo, te has cobrado una víctima,
y hay una niebla desconcertante
………………… .en Buenos Aires.
© Maria Elena Rocchio
Poema de José Luis Visconti
las rodillas
sumidas en el cono de sombras
son de una languidez inesperada
…….. se diluyen en la falsa curva de la luz
…….. desviada en los espejos
abrazan el campo a su alcance
como si correspondiera
y estuvieran preparando la invasión
el hedor del afuera se repliega
y se somete inesperadamente
a la pura belleza de lo invisible.
© José Luis Visconti
Poema de Alba Estrella Gutiérrez
celebro la vida
hoy les quiero ofrecer
mi corazón de aciertos
una poema en el alma
mi esquina de niñez
sin abrigo y sin culpa
del barrio que dejé
sin sacar la sortija
la vieja calesita
hoy ha vuelto a nacer
porque soy la que fui
la que soy
y que debiera ser
la que nunca seré
este pájaro ciego
con los ojos de todos
y un esbozo de amor
esta huella de nadie
mis diferentes ecos
y un terco corazón
con latidos de infierno
al que siempre aposté
a pesar de los miedos
porque soy la que soy
la que apuesta al amor
una herida en la piel
que hoy confiesa su rostro
a pesar del dolor
yo celebro la vida
con mi furia de sola
porque soy la que soy
yo celebro la vida
© alba estrella gutiérrez
19.8.06
Poema de Ana Emilia Lahitte
ATRAPADOS
Sólo tengo de vos
una fotografía con pómulos rasantes
tu pelo de llanura sobre los hombros tensos
y sin brazos
-no he podido inventarlos todavía-
y tu extraña manera
de acompañarme a solas
de este lado del mar.
Vivías en París
(lo especifica el dorso de la fotografía)
ignoro si habrás muerto.
Importa
el desamparo de tu mirada inmensa
que me atraviesa
y sigue camino a mis espaldas
sin dejarme jamás.
Mirás hacia el vacío.
Un abrazo
sin tiempo que se abraza a sí mismo.
Mirás
como buscando la huella de un albatros.
Algo que implora
un límite para poder llegar.
Ni siquiera conozco tu sombra.
Sin embargo
regreso sin descanso
y me tiendo a tu lado en tu voz
en tu sed
en el tacto insaciable
con que rastreo a ciegas tus rasgos
con mis dedos.
Y te llevo a mi piel.
Y siento que tus muslos
aprietan con el celo de lo deshabitado.
Gozamos
el secreto pacto
de lejanías
que anuda nuestros cuerpos
en una memorable batalla despojada
de heridas y arrogancias.
Una trama ilesa
bellamente perversa insiste en atraparnos.
Y estamos atrapados
aquí
en el Sur más sur.
En esta factoría de la imaginación oculta
en el reverso
de los acantilados.
© Ana Emilia Lahitte
Poema de Olimpia Bordes
REFLEXIONES
Qué extraño mundo éste que me envuelve,
qué extraños este ritmo y esta idea,
imperceptiblemente el tiempo ha transcurrido
y la escena es distinta y es ajena.
Qué fue de aquel rostro y de aquel sueño,
de aquellos ojos que miré al pasar,
de aquel amar que sólo amaba
sin más que amar por amar.
De aquella puerta sin cerrojo,
de aquel creer sin dudar,
de aquellos zapatitos que esperaban,
de aquella ingenuidad…
Qué fue de aquella larga sobremesa,
de aquel buzón con cartas anheladas,
de aquel lento danzar en un abrazo…
y la palabra dada con honor…
Raudos caudales de violencia,
muros impenetrables de impiedad,
grito y clamores que a nadie importan
prisa y más prisa….¿dónde hay que llegar?
Vertiginoso mundo computado,
amor por secreción de feromonas
clonación de cuerpos….¿ y de almas?
romances virtuales, e-mails, fax…
Este andar viviendo sin paz ni reposo,
buscando un sentimiento, una emoción,
intentando encontrar una sonrisa
en la maraña adusta del afán.
Sentir que el torbellino me arrebata
y me envuelve en el asombro de este hoy
como en una aventura sin retorno,
tratando de saber adónde voy…
© Olimpia Bordes
Poema de Daniel Barroso
million dollar baby
el riesgo de soñar desmantela sombras a tu espalda
aunque estés contra las cuerdas no va a dejar de respirarte en la cara
babeándose entre el protector y tu mandíbula hasta que devuelvas el golpe
por eso vas a quererla tanto
hasta dios va ser tu esparring cuando la soledad cuente hasta diez
y te levantes chorrendo amor por el tajo del alma
a pesar de todo no temas nena
yo te voy a curar de esa herida que te deja sola y sin piernas
le decís
mocushla mi latido
no te dejes golpear sobre el mismo dolor
que estamos los dos esquivando la misma sombra contra el muro del destino
empujándola con la bolsa de arena
y las manos oscuras de acariciar sombras o tinieblas / simplemente nada
le decís
y caés de rodillas entre esas cartas que te asfixian
cuando la soledad invita a tirar la toalla en el rig side de tu casa
y ella
mocushla mi latido
está contando las moneditas del mundo sobre su falda
lanzando golpes al aire o caricias perdidas sobre los desperdicios del alba
ahí estás sin embargo
mordido de silencio por un perro que no deja de aullar en todas las esquinas
temblando de jeringas entre indiferencia de dios y el ruego de sus pestañas
mocushla mi latido
le decís
alejándote del mugriento claroscuro de la derrota
hacia el abismo de la pelea final
con el amor regresando en su perfecta huida
porque todo es al revés y nadie puede remediarlo
y aunque nadie lo entienda
entre las brumas del bar
sos la misma soledad quebrada en la ventana
comiendo lemon pai
como si la vida alcanzara para pagar la cuenta
o exactamente al revés
con la herida abierta
y la sangre seca
© Daniel Barroso
Poema de Pablo Ovin
Palabras
Fluyen en el viento.
El viento las lleva, y ya no son propiedad de nadie.
¿Quién dice quién dijo?
Decir y callar.
Suben en el viento.
El viento las eleva, y luego carecen de sentido.
¿Quién sabe que sabe?
Hablar y mentir.
Verdad o palabras
Discurso, relato. Cuento, poesía.
Te quiero, te odio. Te amo.
Dame, te doy. Te prometo.
Esperame, te espero. Me voy.
No te escucho, no me escucho.
Son sólo desbordes.
© Pablo Daniel Ovin
Poema de Cristina Pizarro
Inmortalidad
El viajero parte hacia el sol del mediodía.
Protegido con medallas
accede a la montaña.
Como peregrinando por el aire
llega a la morada de los dioses
y un mirada lúcida
se impregna de clamor
Mientras escancian el vino celeste
se eterniza el presente inefable.
© Cristina Pizarro
De “Lirios prohibidos”
18.8.06
Poema de Roberto Romeo Di Vita
Villa Gessel
Estampa poética
El mar
se posa con estrépito
en una playa solitaria
sobre el cruce
de la larga caminata
un pescador
limpia su pesca del día.
En una tabla
agonizan peces plateados
y corvinas resplandecientes
A pesar del viento
y de la arena que castiga
unas gaviotas
intentan llevarse
pedazos de rojas entrañas
que el pescador
les convida muy cerca suyo
En esa inmensidad y en el frío
las gaviotas y el pescador
se acompañan.
La soledad es más llevadera.
© Roberto Romeo Di Vita
Poema de Fany G. Jareton
CLANDESTINO
No quiero que me vean.
Quiero una relación cierta y a escondidas,
sombras que alarguen las figuras sigilosas
y un soplo de alegría en el momento.
No quiero que me vean,
no sé si algún verso
valdrá mi desnudes toda.
La filigrana de la imaginación: otros,
nosotros en medio del humo
y el vértigo de voces que nos incitan.
No quiero que me vean
como en las manos y en los ojos
ofrecidos, me deshago
y una silueta de fragor
brilla en mis noches,
en las ávidas noches
donde nostalgiosos buscamos
el amor urgido de deseo.
© Fanny G Jareton
Prosa de Aymer Waldir
ENTRE GRADAS Y ARENA
No empujes, no apresures mis movimientos en el límite de esta línea trazada con temor. Aún no decido entre saltar o asaltar, entre la sombra y el asombro de apostar la nada por el todo. En el pórtico espero la llamada, un grano de arena cae en mis ojos y la humedad que genera me hunde en las arenas movedizas de mis miedos. Es el temor de enfrentar el juego de azar sin un denario que perder, de iniciar el juego de palabras con tanto que decir y tan poco que callar; de comenzar el juego de manos con lo cosquilloso que suelo ser; de esperar que señales el cielo con tu pulgar, trayéndome la muerte aparente en el calor de tu infierno. No me atrevo a entrar, busco resolver primero los problemas cotidianos que me abruman. Conjeturo las reglas de decisión con mis nociones abstractas de técnica y estrategia. Y en el estremecimiento de parecer un gladiador en este teatro de combates que propones, salto al ruedo donde me juego: Vida o muerte. Venceré, para instalarte en el trono que mereces, reina entre las siete reinas, y convertirme, desde lo fugaz que puede ser mi imperio, en artífice y dictador vitalicio de tu cariño. Ave Poesía, el que morirá por ti, te saluda.
© Aymer Waldir
Poema de Marizel Estonllo
DUO
He visto a un hombre en una esquina
besando desesperadamente a una mujer.
La tarde
eco de otra tarde poseída de soles untuosos
vestigios de un verano postergando la despedida
como él,
arañando su boca en la brevedad.
He visto a un hombre
besando desesperadamente
a una mujer
mientras la muerte se escondía del sol
mientras el horror crecía en las calles
como el hambre ensuciada en las manos de los niños
y de los que fueron niños.
He visto a un hombre tomando entre sus manos
el rostro de una mujer
besándolo sin cesar
a la tarde
en una esquina de la ciudad
donde había muerto un almacén alquilado
corroído por el óxido de un recuerdo.
Y he visto apenas
el rostro de esa mujer
una transparencia del dolor y la pobreza
Tiesa, recibía los besos interminables.
Se jugaba la última carta en el rincón de los desperdicios.
Los ojos de una máscara nos miran desde esa oscuridad
que asalta el orden de los mitos.
© Marizel Estonllo
Del libro” Una letra arrojada al fuego”
17.8.06
Poema de Ana Guillot
23
se rompe el cascarón
en él habita el mundo
clara la disolución
más espesa hacia abajo
se escurre por el piso patinosa
más densa en el costado prohibido
más densa aún en la sombra de las sombras
en manos de caín
la tierra prometida
que no cesa su exilio
(hay cadáveres aun en israel
y el rojo es un mar que nombra sangres)
se rompe el cascarón
y guardo la yema en el pocillo
la agito
me alimento del huevo
que es el orbe
íntimo en mi boca
se derrama en ríos subterráneos
se hace blanco en el ojo del vecino
a punto de nieve se condensa
se rompe el cascarón
se pulveriza
(como si arena fuese)
en él habita el mundo
un gigante dormido
un trueno a punto de decir
el nombre que se oculta
se rompe el cascarón
lo frío en la oliva elemental
(el monte fue un infierno
o una pesadilla
nadie quedó velando parece)
en él habita el mundo
un planisferio muerto
de hambre
plano como la fritura
que excede a la sartén
y cruje
las pulgas de pan-ku caminan por el cuello de mi perra
me da pena este invierno
a mí también
© Ana Guillot
Poema de Claudio Portiglia
Artaud glosa a Artaud
........ “...no quiero decir un pensamiento de filósofo,
........quiero decir la fijación desfigurada, la esclerosis de un cierto estado.
........ ¡Y capta!
....................Antonin Artaud – El pesa-nervios
No quiero decir un pensamiento de filósofo
los animales me aventajan largamente
en esto de razonar
razonan muy bien los animales
son confiables y dignos de crédito
por eso consiguen empleo y se aseguran la vejez
al menos los que se arriesgan a ser domesticados
quiero decir la fijación desfigurada
la que me quite de esta condición que me persigue desde que nací
de esta condición que miente mi libreta de identidad
yo no soy de este reino
(aunque mi reino sí es de este mundo)
quiero decir
la esclerosis de un cierto estado
que no es el de ustedes
pensantes…. razonadores
filósofos
cretinos
Mi estado escapa de este convenio de mutuo conformismo
de esta trivialidad
ni bruto ni civilizado
ni homo faber
ni homo sapiens
ni homo ludens
ni zoón politikón
Yo soy yo al margen de cualquier circunstancia
de todo simbolismo
soy la imagen de mí
mi propio espejo
mi propio narciso
mi propia revelación
¡Y capta!
© Claudio Portiglia
Poema de Itzela Sosa
EN LA ISLA
Aquí mi cuerpo
se perturba de arena,
de farolas que no terminan nunca de alumbrar,
de enrojecerse como sangre de venado.
Mi cuerpo
preñado de claveles y circonias
................................trapecista.
Mi cuerpo,
condenado a amanecer,
mientras la noche avanza a tientas por la isla.
© Itzela Sosa
Poema de Paolo Astorga
GUERRA EN EL ESPEJO
A veces cuando escribo entre luciérnagas
una canción me toca el cuello
y me desnudo ante una mosca,
le cuento mis lamentos
el porqué de mis lágrimas.
La mosca siempre vuela indiferente
se va por la ventana.
Duermo entonces
otra vez feliz
sobre un trozo de vidrio ensangrentado.
© Paolo Astorga
Poema de David Sorbille
A SILVIA
La vida renace en el momento de la pena
los recuerdos se desnudan impiadosos
la memoria denuncia el sacrilegio del olvido
las huellas se alimentan del silencio
la justicia clama otra vez en el desierto
las palabras se nutren de obligadas ausencias
la historia acecha entre promesas y traiciones
en el estéril simulacro de banderas perdidas
y sin embargo el asombro y tu perfume
el tiempo errante y las nubes de otoño
la poesía que llena tus manos de ilusiones
el mundo en tu rostro de maravilla luciente
la esperanza en el umbral de nuestro hallazgo
los caminos que se abren sin fantasmas
el alba encendida en tus ojos
nuestros hijos como semillas definitivas
y el amor sin pausas ni abismos
como albores de un sueño infinito
© David Sorbille
De “Las Huellas del Silencio”
16.8.06
Poema de Roxana Palacios
.................................................A Hugo Caamaño
La isla está sentada sobre el último diario
con su piel de raíces en el agua,
hunde pasos
y piedras;
el desierto se expande entre las olas.
Barbas y melenas rebalsan los contornos,
flotan
ampollas que se besan con el próximo aliento,
arrastran la corriente,
lanzas como manos en el choque inmediato de su arena;
y la isla,
dominada por una ceremonia de audacias sobre el paño,
descansa
tres pasos más allá de la memoria,
cubierta
de pisadas,
en el decreto de una porción ínfima de océano.
El hombre está sentado sobre viejos sepulcros,
lee, como siempre, solo y en silencio;
despliega sus tres pasos y el desierto no existe,
hace a un lado a sus muertos,
se extiende hasta la luna,
la isla camina sin hundirse.
© Roxana palacios
Poema de Cesar Vásquez lópez
En lo abisal del alma
el resplandor de Atmán.
Lleno de enigmas
surge el espíritu Apeirón.
Nada de nosotros mismos:
sólo el místico vestigio
y el vuelo que cae roto.
El Hacedor de todo:
...de Luzbel y el Cordero...
Eres, la sempiterna Savia
yo, la imperecedera rama.
Cual increado Manantial
desde el Principio:
el estruendo de tus aguas.
Provienes de la nada:
como un canto en mi espíritu.
No quiero ser
una parábola en llamas.
Antes distante:
de la Bestia en su trono,
de la tierra en su ocaso.
Semejante sí:
al tronar del viento,
al resplandor del Verbo.
Semilla soy
engendrado en esta era
A la espera del Paráclito,
la revelación de mi arcano.
No temo:
al futuro ruido de las aguas,
la conjugación de unos versos
En mí está:
el resplandor inefable de tu Luz.
No temo:
al canto final de las trompetas,
a la ascensión de mi espíritu.
Embriagador sino el mío:
vislumbrar mi devenir eterno.
Mi alma de otras alturas
sempiterna águila.
Distante del hombre
mi calvario por la tierra.
Transfigurado por el divino rayo:
mi arcano de inmortal pájaro.
Como mustias hojas
mis terrenales huellas.
Qué más puedo musitar...
Mi espíritu relumbra
como un relámpago de la eternidad.
© Cesar Vásquez López
(Poeta de Chile)
De “Canto de transformación”
Poema de Nilda Barba
..............a Ernesto Bertani
en un cuerpo
de mujer
trepa la savia
por un abismo
los tallos envuelven
desde los pies
inventan un itinerario voluptuoso
de clorofila y oxígeno
enredaderas
se enrollan ocho veces alrededor de la matriz
para fecundar
la hoja en su pubis
sudor del corazón
deja avanzar ... transforma
vida vegetal
en celebración besa
una síntesis
de color para anclar
el sonido
hacia las estrellas
cubrir sus pezones con rosas de la china
seguro que las manos
asoman de la fuente
agua bendita
(ella quiere tocar)
seguro que sus ojos
parpadean soles
(ella quiere ver)
fluorescencia de pétalos y nervaduras
© Nilda Barba
Del libro: EL CORDÓN
15.8.06
Poema de Marcos Silber
Radiante el cielo de este día,
colmado, pleno de luz celebratoria
de cierta inmutable felicidad.
La mísera tierra se retuerce
como elefante herido,
y sobre el espejo luminoso del parque
un anciano disputa un hueso con un perro;
dos pequeños, como perros, disputan un hueso;
y los perros se disputan los huesos de un anciano.
Todo, sobre una tierra mil veces bendecida;
la oscura tierra, que respira agotada
debajo de un cielo que brilla espléndido,
altivo,
ajeno.
© Marcos Silber
De "Primera persona"
Poema de Ricardo Rubio
DE REGRESO
Me verás volver entre líneas de agua,
simplemente,
sin más deseos que partir
...gota entre las gotas.
Será a plomo y en silencio,
un paso inmóvil desde el umbral de la hondura.
Me libraré del apego a las maderas de esta casa,
a los bolsillos llenos de imponderables.
Saldré de esta ropa, de este latido,
para ser disperso.
Me iré sencillo
a conversar con la niebla.
© Ricardo Rubio
Poema de Yolí Fidanza
Viejo Mictlantecuhtli, dios, líbrame*
Enigma de los astros,
los dioses confabulan y sin piedad señalan.
………………. Frida, niñez de pájaro
………………. en el aire de México embriagada.
Muerde el cuerpo un temprano dolor
la juventud lo olvida.
Canta al oro del sol a la altura del águila
y ríe con ardor adolescente.
………………. Rama plena de brotes
………………. savia de joven vida.
Nada distrae al malhadado sino.
Con las cartas más negras el tarot hace juegos
y el hierro que la busca en la carne se clava.
………………. La espina va quebrada
………………. va desgarrado el vientre.
Imagino las camas, la de hospital adusta,
la de casa, ensueños de baldaquín y espejo
- ese acoso de azogue que al mostrar la desnuda-
y la veo atada a su cárcel de silla
donde borda la falda desplegada
mientras tiñe sus rosas con púrpura de sangre.
………………. Un pájaro sin alas
………………. en la paleta trina.
Y ella es Frida, la múltiple
con raíces aferrada a la tierra,
sin el corsé castigo. Flores,
monos, collares y pendientes
y un obsesivo nombre Diego Diego
………………. Siempre Diego, es su estrella
………………. y lo pinta en mitad de la frente.
El amor, soplo efímero, no aventa la desgracia
Llora la entraña al hijo malogrado.
Yace sobre la sábana el vientre malherido
rota en inútil pie la voluntad de danza.
………………. Ya el cuerpo es un marasmo
………………. que el acero mutila.
Frida hasta el extremo de su despojo llega
Naúfraga de sí misma a ningún puerto arriba,
Sin aliento el velamen y sin auxilio el alma.
Rayo es el grito que a la noche demanda
Viejo Mictlantecuhtli, dios, líbrame.
¿Escucha el dios o duerme indiferente
y es Guadalupe Madre quien se apiada?
Cada estación de su pasión cumplida.
Frida Kahlo Viva la vida*
de su innombrable dolor descansa.
© Yolí Fidanza
*El poema pertenece al libro “Mujer. Celebración de Luz y Sombra”
Bs. As. 1ª edic. 1995, 2ª edic. 1997
*“Viva la vida” nombre de la última obra de la pintora Frida Kahlo
Poema de Francisco José Malvárez
RESISTAMOS
resistamos
en todas las esquinas resistamos
bajo la lluvia o las balas
contra la tumba diabólica
contra los enquistados y el poder
aunque quemen los ojos y fusilen por mayor
resistamos con la palabra
………………..con la pluma y el alarido
………………..con el alma y la razón
resistamos pájaros en mano
con canciones de otoños y encrespadas nubes
en los ríos y avenidas
en los puertos o mar adentro
resistamos hermanos
.resistamos
..resistamos el pié que aplasta
…………la mano que señala
…………..la otra con el puñal en alto
…………… la cachetada de hielo
……………….la maldición de los energúmenos
con volcanes en la mirada
.con abrazos huracanados (abrazándonos)
..con las espaldas erguidas
…con la piel transparente
….con la sangre bien roja
resistamos esta muerte con nombre y apellido
……………estos inviernos autoritarios
……………estos engendros miserables
resistamos
. resistamos hermanos que pronto saldremos
y resistieron
. y salieron
.. y a los gritos pidieron volver
… y volvieron
…. y el loquero quedó nuevamente en paz
© Francisco José Malvárez
13.8.06
Poema de Rubén Balseiro
DESPOJOS
I
Olvidó la palabra
o fue la calle abismándose en la noche.
....................... Un paso y otro paso.
Acaso para ella, el silencio o la lluvia,
el rugido de un tren en la distancia.
Acaso para ella la infinidad del tiempo.
...................... Un paso y otro paso.
el soledad, la sombra.
El silencio se esconde en la mano que aprieta,
en la mano que aprieta como si sujetase
en el simple apretar
todo el silencio.
...................... Un paso y otro paso.
Acaso para ella ya no quedan palabras,
ya no quedan recuerdos.
Y si ya no hay palabras y el recuerdo se ha ido,
que atroz es la distancia.
..................... Un paso y otro paso.
Y después hacia atrás y hacia delante nada,
y en el centro de nada solo nada,
como si dibujase un circulo en un circulo,
un ojo en otro ojo y ni siquiera lagrimas.
Olvido la palabra,
y la palabra apenas, era un ruego.
© Rubén Balseiro
Prosa de Ana Cecilia Del Río
"Inclinado en las tardes echo mis tristes redes
a ese mar que sacude tus ojos oceánicos..."
........................................Pablo Neruda
Anclada en la memoria del eterno retorno de la espera, estoy, donde insondables sueños auguran el tormento de mis labios. Entonces me hundo en ese misterioso enigma de tu encanto, cuando la calma encalla sobre la blanca arena de mis proas, y nuestras manos se enredan como una confusa telaraña entre las almas. Pasajero de mi cuerpo, la noche es un aciago mar sin rumbo, que acrecienta esta pesada carga de tu ausencia.
© Ana Cecilia Del Río
Poema de Emmanuel Taub
IV. Alterego
El puente que separa mis orillas
se confunde.
Un roce
y a pesar de todo
continuamos
una mitad por el camino del Norte
la otra
por el camino del Sur
y siempre a tu pregunta
mi respuesta
dudas
silencios
tu nombre
–que debería ser el mío–
tuya/nuestra
sumisión a las palabras.
La planicie entre los ríos era absoluta
nos mirábamos:
uno estaba
ahí
el otro ya no
separados
tan sólo en el tiempo
en el recuerdo de haber sido
uno
ese
que elegimos para quedarse a cada lado
(el tiempo descansa en el olvido
o el olvido
descansa en el tiempo).
© Emmanuel Taub
De “Veinticuatro”